Así como un paciente puede recaer en una enfermedad debido a la falta de prevención y vigilancia, entre otros factores, las epidemias también pueden repuntar cada cierto tiempo por causas similares.
Una de ellas es el dengue, una enfermedad que cada dos años muestra un aumento de casos, como han alertado las autoridades de la Secretaría de Salud al anunciar varias medidas para prevenir una posible epidemia de este mal.
Con operativos de fumigación y campañas de limpieza, se buscará frenar el comportamiento bifásico del dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que contagia el zika y chikungunya.
Si se comparan los casos registrados en lo que va de 2018 con los del año anterior veremos que son menores: de dengue se cuentan 278 (en 2017 a la fecha iban 571), 11 de chikungunya (96) y 10 de zika (64). Sin embargo, se espera que haya un repunte durante la temporada de calor, que ya se empieza a sentir en el termómetro.
De allí la necesidad e importancia de la labor que emprenderá Salud, pero también de la conciencia ciudadana que mucho tuvo que ver con la disminución de casos de dengue en 2017, cuando se presentaron 17,687 menos que el año precedente.
Con esa misma responsabilidad, la población debe tomar medidas en sus hogares y vecindarios para evitar la proliferación del vector que causa esas enfermedades que impactan en la salud y también en la economía.
Las autoridades sanitarias reportaron el primer caso de una embarazada con zika y dos nacimientos de niños con microcefalia relacionada con esa enfermedad. Las lecciones que debemos aprender son que la amenaza está latente y que no hay que bajar la guardia, que debemos exigir a las autoridades responsables cumplir con la parte que les corresponde, pero los ciudadanos también deben asumir un compromiso y no esperar que otros lo hagan por ellos.
El dengue, zika y chikungunya pueden causar la muerte, por eso es importante que todos pongamos de nuestra parte para prevenir una epidemia de consecuencias impredecibles.
