En Honduras no hay deshonestos. Todos nos decimos honrados, tanto así que siendo uno de los países más corruptos del mundo no tenemos a ningún corrupto preso pagando su deshonestidad. La corrupción nacional además de institucionalizada, gubernamental y privada es protegida por los tres poderes del Estado. Los corruptos, ayer pobres y hoy millonarios, respetan un código inmoral que obliga al silencio y al contubernio. Solidarios a morir.
Honestidad es el valor humano de ser decente, reservado, razonable, justo y honrado. El honesto actúa conforme piensa y siente, es genuino, objetivo, sabe que solo hay una verdad para expresarla con coherencia respeto y sinceridad. La RAE la define como decencia, decoro, recato, pudor, razón, justa, proba y recta. Confucio distingue tres niveles, sinceridad, reciprocidad y autocomprensión.
Nos falta honestidad y es tal la carencia de honra, dignidad y decencia que la padecemos a todo nivel social, empresarial y gubernamental. No hay valores y no sentimos arrepentimiento. Siempre rebuscando ganancia en todo y lo mal habido hace que muchos se sientan orgullosos de su listeza y sean admirados por los menos vivos que aún no llegan al nivel de intocables corruptos, que son cobijados por la maldita impunidad que siempre ha existido, pero que desde el gobierno de Lobo logró estándares inimaginables de asquerosa desvergüenza.
Este individuo que para desgracia nuestra fue gobernante, repetía: “En todo el mundo hay corrupción y Honduras no es la excepción”. Igual cuando pedían acciones legales ante tanta corrupción de Zelaya y sus más de cuarenta carretilleros, insistía: “No quiero un presidente preso”. Como si aplicar la ley fuera cuestión de gusto particular. Además señaló sin escrúpulos que conocía la corrupción en Salud y el IHSS y calló deliberadamente. Como igual enmudeció la justicia, que en Honduras no existe para los corruptos con poder político y económico solo para los rateros y delincuentes comunes y corrientes, sin padrinos coludidos.
¿Por qué no llaman a Lobo, que es cómplice confeso? El fiscal general tiene esa responsabilidad no cumplida que lo hace también consonante con el delito. Pero igual ante la deshonestidad de uno, la deshonestidad de otro. Parejos.
Aquí nada pasa porque todo pasa sin que pase nada. Ante ese nivel de deshonestidad nada podemos esperar. Los corruptos gozan de la impunidad que les brinda la justicia que ha desgraciado la esperanza y destruido el Estado de derecho que los señalará, algún día, traidores a la patria.
Gobernar sin coraje, sin conciencia, sin civismo ni amor por nuestra determinación es entregar la patria al peor postor. A la corrupción. La falta de gallardía y dignidad es también falta de honestidad y sobre todo de ese valor que deben tener los honres y mujeres que juran cumplir y hacer cumplir la ley. Y nos mienten con alevosa ventaja. Corruptos.
La delincuencia común y organizada compite con la oficial y privada. Hay los Don y Doñas H extraditables y los Don y Doñas H encarcelables. Los primeros porque los gringos lo ordenan y debemos cumplirles, los segundos porque el poder los protege y jamás de los nunca estarán presos. Los que ya fueron son envidiados corruptos de la suciedad que los adula y los que hoy están mañana serán potentados respetados. Los malditos corruptos del poder político y económico nos mienten y roban con absoluta falta de honestidad.