Opinión

Generadores de crisis y esperanzas

La aparición a borbotones de las posibles causas reales que llevaron a la única renuncia de un Papa en los tiempos modernos, el terrible sufrimiento del pueblo sirio por la perversión también allí de la “primavera árabe” que degeneró en una brutal confrontación armada y la patética situación del presidente venezolano Hugo Chávez, junto a otros conflictos, escándalos y posturas, son algunos ejemplos de la hipocresía, la falsedad, la doble moral, la arrogancia y otras debilidades humanas que empeoran la convivencia mundial.

Sin embargo, resulta positivo y esperanzador el fuerte mensaje que para muchos está enviando Joseph Ratzinger con su renuncia, sobre la necesidad de limpiar la corrupción en todos los campos que impera en la Iglesia Católica y despertar en la Curia Romana la urgencia de imponer cambios para materializar esa depuración y para responder mejor a las exigencias de nuestros tiempos.

No obstante, no resulta tan esperanzador el hecho de que se esté repitiendo en Siria o en Malí lo que ya antes ocurrió en Libia y en muchas otras naciones del mundo -incluyendo a nuestra Centroamérica en la década del 80-: potencias extranjeras promoviendo guerras y hasta actos terroristas, apoyando a gobiernos y rebeldes a fin de garantizar su influencia en el futuro.

Tampoco resulta esperanzador el comportamiento de regímenes como el de Hugo Chávez Frías, que se hizo del poder gracias al hartazgo del pueblo venezolano con la corrupción, la ineptitud y el caos de los partidos políticos tradicionales, pero ha resultado tan caudillista y hasta cruel que insiste en mantener como líder a un hombre tan gravemente enfermo que ni siquiera pudo cumplir con el requisito legal de asumir su segundo mandato.

Si Benedicto XVI renuncia porque no se siente con suficientes fuerzas para enfrentar el lado oscuro del Vaticano, si el mismo Fidel Castro se hizo a un lado ante una grave enfermedad. ¿Será que hay tanta debilidad, tanto temor o tanta escasez en el “socialismo del siglo XXI” en Venezuela que no pueden dejar que Chávez haga frente a su enfermedad sin la sobrecarga del poder?

Ojalá que en algún momento cercano las potencias occidentales abandonen el apoyo a la violencia en otros países para lograr sus objetivos políticos o económicos, que se depure la Iglesia Católica, y que ya no surjan más esos líderes mesiánicos que se consideran o son considerados indispensables.