Virtud. Porque así como el Mesías, que lavó los pies de sus discípulos en una muestra de servidumbre y humildad, debemos esforzarnos por dar muestras de esa virtud y no de soberbia, arrogancia, ni prepotencia, sobre todo con quienes se encuentran en situaciones de desventaja, ya sea económica, profesional o físicamente.