Opinión

La reforma educativa en la UNAH

No hay duda que en la gestión de la actual rectora Julieta Castellanos –reelecta el año pasado-- la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ha logrado importantes cambios, pero todavía está lejos de dar una respuesta positiva a las exigencias del mercado y a las necesidades de desarrollo científico y tecnológico sobre las cuales estructurar una mejor Honduras en el futuro.

Hay que reconocer el avance en el saneamiento financiero de la institución, en el crecimiento y mejoramiento de la infraestructura y en la recuperación de la autoridad, que son indispensables en el avance hacia tiempos mejores.

Incluso la buena gestión de los recursos en la UNAH, rectorada por Castellanos, en momentos en que se profundizaba la crisis en el resto de la administración pública, bien puede ser tomada como ejemplo a seguir, ya que demostró que con los recursos existentes, y sin necesidad de contraer más deudas, se puede hacer mucho cuando son manejados con honestidad y eficiencia.

Pero tampoco se puede negar que hay una enorme deuda en cuanto al mejoramiento de la calidad educativa, la que no se podrá alcanzar sino se ejerce un mejor control del equipo docente, tanto en el proceso de selección como en su desempeño y actualización.

La base está en avanzar en una auténtica reforma educativa que si bien necesita de instalaciones adecuadas, de laboratorios, de equipo, de intercambios nacionales e internacionales también debe contar con catedráticos de alto nivel, mismo que debe ser evidenciado no solo con su formación académica del grado más elevado sino también con una amplia experiencia en su campo, tanto en lo laboral como en trabajos de investigación y libros escritos.

La meta debe ser que quienes estudian en las universidades públicas tengan iguales o mejores oportunidades de formación que quienes optan por la educación superior privada, que también debiera ser controlada porque allí igual abunda la más ínfima calidad educativa.

Solo así puede garantizarse lo que el mercado y el país necesitan y merecen.

Esperemos, pues, que esta tarea pendiente de la reforma finalmente sea emprendida en el interior de la UNAH. Ya la Rectora Castellanos ha demostrado que tiene suficiente voluntad y capacidad para hacerlo con éxito.

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