Bueno… aquí estamos los hondureños, tranquilos, serenos,, sin que nada ni nadie interrumpa nuestra pasividad.
Y qué bueno porque eso fue lo que nos permitió que nos mantuviéramos en relativa paz, mientras los vecinos centroamericanos se mataban unos a otros en tiempos de la “seguridad nacional”.
Es cierto que esos mismos vecinos que se mataban y destruían su infraestructura y su economía hoy están mejor que nosotros; pero lo importante es que nosotros seguimos en paz, tranquilos y serenos.
La vida se nos está poniendo cada vez más cara, pero si salimos a protestar a las calles más bien empeoramos las cosas; los diputados aprobaron un montón de leyes, decretos, contratos y nombramientos que resultarán dañinos para los intereses del país; pero lo más importante es la tranquilidad. Bueno… aunque la tranquilidad hace tiempos que nos la robaron los delincuentes de todo tipo… entre ellos los que cobran el impuesto.
Pero tampoco podemos negar que siempre hay revoltosos, como esos diputados de Libre que armaron ese relajo el martes en el Congreso Nacional solo porque los del partido de gobierno no eligieron a la directiva provisional como a ellos se les antojaba. Los diputados de Salvador Nasralla protestaron, pero lo hicieron de forma civilizada: dando la espalda al presidente provisional que intentaba decir su discurso.
Es cierto que tenemos grandes problemas, pero lo mas importante es la tranquilidad y que demos una buena imagen ante el mundo.