La misma payasada de todos los años y la misma cantaleta: “El pueblo unido jamás será vencido”.
Estos no cambian y piensan que los demás son los culpables de su propia pobreza (también mental) en la que están sumidos, cuando ellos mismos saben en su interior que son los culpables de sus desgracias.
Señores, en esta vida no se le regala nada a nadie, cada quien tiene que sudar la gota y hasta llorar lágrimas de sangre para salir adelante…