Nadie me juzgue, nadie se espante. El tema a mí me encanta.
Es frecuente, sobre todo cuando hablas con mujeres, que la conversación derive hacia el número de separaciones matrimoniales actualmente.
Y las causas son tan variadas como las personas afectadas, por lo que podríamos considerar una epidemia; pero casi siempre llega a argumentarse que, gracias a Dios, la mujer se ha “liberado” y puede hacer frente a estas situaciones.
Estuvieron durante siglos dominadas por el hombre --salvo excepciones, como en todo-- a causa de la ignorancia y de su incapacidad para desenvolverse por su cuenta. Esto es llevar todo al extremo, sin querer ver que esta “liberación” pone en contacto a la mujer con más hombres.
No seamos incautos, y que las comidas de trabajo, terminar unos expedientes, etc., etc. pueden influir en estas decisiones, que desde luego no son las más deseables
A mí, poner de ejemplo como ideal de mujer a las que así se liberan. ¿De qué? Me parece ofensivo para las que en la casa y a “tiempo total” se dedican y son tildadas, poco más o menos, de no servir para otra cosa, cuando me consta que muchas son universitarias.
El hogar, su dedicación plena, requiere las exigencias de una verdadera ciencia transmitida en el tiempo y avalada por la tradición. No menosprecio a las ejecutivas, es más, me maravillan las que compatibilizan el trabajo, ahora se dice “concilian”, con la atención a la casa…