Ese pueblo de Talanga es una verdadera pena; desde la entrada cualquier visitante se decepciona y mejor da la vuelta de regreso. Y es el alcalde quien ha destruido el lugar, dizque para hacer la carretera nueva. Que va, es una estrategia para que la gente crea que si no lo reeligen no se construirá la carretera de entrada.
Lo mismo ha hecho con la calle principal, un trabajo a medias con la condición de que lo reelijan para terminarla. Esa clase de políticos baratos hay que descartarlos por siempre. Les digo a los habitantes de Talanga que ese es un lugar bonito de gente humilde y bondadosa, que puede mejorar mucho, pero sin esa clase de políticos que dan vergüenza.
¡Ustedes tienen la palabra! No den el voto al que los tiene metidos en la desgracia de una ciudad polvorosa, sucia, sin seguridad y que él cree que es suya. Pobre hombre rico.