Aunque se ha normalizado, es importante comprender sus diferencias para poder identificar el trastorno que se podría estar sufriendo, según los síntomas que explicaremos en este artículo.
“El estrés es una estimulación duradera del ambiente. En ocasiones, cuando sufrimos estrés, el ambiente nos pide más de lo que podemos dar y entonces nos activamos mucho. Esta activación puede convertirse en crónica y entonces aparece la ansiedad generalizada, que se produce cuando damos más de lo que el cuerpo nos pide y empezamos a tener miedo de cualquier cosa”, explicó a Infobae el psicólogo Giuseppe Iandolo.
De modo que aunque no son precisamente lo mismo, ambas pueden relacionarse, por lo que suelen confudirse así que se deben tomar en cuenta varios aspectos sobre ambos padecimientos.
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¿Cuáles son los síntomas?
Los ataques de pánico duran aproximadamente una hora y su momento de auge es después de los primeros diez minutos, este síntoma podría ser una de las expresiones más comunes que alertan a los seres humanos de que algo anda mal.Por otro lado, la dificultad para concentrarse o tomar decisiones que antes podían tomarse sin incovenientes representa un ataque de ansiedad. También resalta el insomnio, dolores de cabeza, de estómago y hasta mareos repentinos que agobian constantemente. Sumado a lo anterior, se encuentra el bloqueo mental, mismo que puede durar horas y a veces hasta días.
Por su parte, el psicólogo Juan Eduardo Tesone explicó que la ansiedad es la angustia por el futuro. Padecerla hace estrecho el paso del aire al cuerpo provocando una sensación de desasosiego. ”Yo prefiero más hablar de angustia que de ansiedad”, dijo.
Asimismo, enfatizó sobre la capacidad de adueñarse de la expresión psíquica y somática. En la psíquica, el sujeto sufre síntomas emocionales y mentales, como la inquietud, el miedo a morir o a volverse loco e incluso, llegar a tener alteraciones de la percepción, mientras que en la somática se exterioriza en síntomas físicos.
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Tratamiento
Aunque parezca imposible, se debe comenzar tomando un poco de calma con una honda respiración que ayude a relajar los nervios.Luego es importante comprender la razón de los hechos, el sentimiento que se vive y analizar la situación durante unos minutos. “Una persona que padece ansiedad vive en el futuro. Una persona deprimida vive en el pasado y lo aconsejable es vivir el presente”, señaló Iandolo. De esta manera se marca la diferencia entre ansiedad y depresión.
Algunas de las recomendaciones de los expertos radican en hacer ejercicio, comer despacio y acudir a un especialista que pueda extender un diagnóstico. Evitar a toda costa las adicciones ayudará a tratarla.
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