Cuando llegaron al país causaron gran curiosidad entre los jóvenes inquietos que no tenían un camino a seguir, sembraron miedo y luto en las calles de las ciudades más grandes de Honduras y hoy gozan del repudio general.
La pandilla 18 es una estructura criminal que llegó a Honduras en 1989, siendo la colonia El Pedregal la que vio los primeros pasos de esta, de ahí se extendió a más territorio como se extiende una terrible epidemia.
Para esta fecha se estima que hay más de 2,750 miembros en el país ejerciendo control mediante tácticas violentas en al menos 73 colonias, la mayoría al sur de la capital de Honduras, de acuerdo con datos de la Fuerza Nacional Antiextorsión.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO asumió el reto de ingresar a las colonias donde la pandilla ha realizado los más bajos actos criminales.
A nuestra llegada, los ojos de decenas de personas se posaron en nuestras espaldas, la pandilla sabe de nuestra presencia antes de que nosotros nos percatemos de la suya.
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Según datos oficiales en poder de EL HERALDO, son al menos 17,000 personas las que viven en los barrios donde opera la pandilla 18, la gran mayoría molestas y esperando que la ley se aplique sobre los antisociales.
¿Sin aliados?
Pese a la gran cantidad de comunidades donde ha operado, la mara 18 comienza a retroceder, pues sus históricos rivales de la MS-13 han conquistado sus territorios, pero además están los golpes que le ha dado la autoridad.
Nuestra Unidad Digital de Innovación se adentró en el impacto de la guerra entre estos grupos criminales y el resultado es desalentador.
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