El exdiputado del Congreso Nacional, más conocido como Tony Hernández, fue arrestado el viernes sospechoso de vínculos con el narcotráfico, y compareció la tarde del lunes ante una corte federal en Miami.
Los fiscales dijeron que Hernández, de 40 años de edad, es 'un narcotraficante de gran escala', que conspiró con redes del crimen organizado trasnacional en México y Colombia para importar grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos desde 2004 hasta 2016.
En Manhattan, donde se dieron a conocer los cargos, el fiscal federal Geoffrey Berman acusó a Tony Hernández de estar 'involucrado en todas las etapas' del tráfico de toneladas de cocaína a través de Honduras con destino a Estados Unidos.
Berman dijo que Hernández presuntamente organizó y garantizó la seguridad de los envíos de cocaína, sobornó a funcionarios para obtener información sensible para proteger los cargamentos, y solicitó grandes sobornos a importantes narcotraficantes.
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Cargos contra Tony
Además de los cargos por narcotráfico, Hernández enfrenta otros por uso y posesión de armas, así como por brindar declaraciones falsas a agentes federales, señaló la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York a través de un comunicado.
Si es declarado culpable, podría pasar desde un mínimo de cinco años tras las rejas hasta cadena perpetua.
Según la inculpación, Tony Hernández, miembro del Congreso Nacional de Honduras entre enero de 2014 y enero de 2018, estuvo involucrado en procesar, recibir, transportar y distribuir múltiples cargamentos de cocaína que llegaban a Honduras en avión, lanchas rápidas, y al menos una vez, en un submarino.
El hermano del mandatario tenía acceso a laboratorios de cocaína en Honduras y Colombia, en alguno de los cuales la droga era etiquetada con sus iniciales 'TH', indicó la fiscalía.
Hernández coordinó y también ayudó a proteger los envíos de cocaína proporcionando guardias de seguridad fuertemente armados para acompañar la mercancía, entre ellos miembros de la Policía Nacional de Honduras y narcotraficantes con metralletas, indicó la oficina de Berman.
Los investigadores señalaron que en febrero de 2014, poco después de que Juan Orlando Hernández asumiera como presidente, su hermano Tony se reunió en Honduras con Devis Leonel Rivera Maradiaga, exlíder del desmantelado cartel hondureño Los Cachiros. El encuentro fue organizado, entre otros, por un exmiembro de la Policía Nacional de Honduras.
De acuerdo con grabaciones de audio y vídeo de esa reunión, Hernández acordó entonces facilitar los pagos del gobierno hondureño a compañías fachada del cártel. En la cita, Hernández se embolsó unos 50,000 dólares del exjefe de Los Cachiros.
Rivera Maradiaga declaró en marzo de 2017 en una corte de Nueva York haber sobornado a Tony Hernández cuando era diputado a cambio de cooperación, y aseguró que el cártel prestaba servicios al Estado a través de la empresa Inrimar, utilizada para lavar dinero del narcotráfico.
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El capo hizo esta declaración al dar testimonio contra Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo (2010-2014), condenado a 24 años de cárcel también por colaborar con el cartel.
Varios funcionarios o exfuncionarios hondureños y sus familiares han sido acusados de narcotráfico en Estados Unidos.