Sin duda alguna, el sonido de las chicharras es el más característico de la temporada previa y posterior a Semana Santa.
A estos insectos, que curiosamente solo aparecen en esta época, casi no se les suele ver, aunque si escuchar, esto debido a que son expertas en camuflaje y se parecen mucho a los troncos y ramas en las que acostumbran posarse para cantar.
Los cicádidos, también son conocidos como los bichos del sol, debido a que el calor es lo que las hace brotar.
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Además de que solo los machos emiten el fuerte sonido, lo más curioso de ellas es cómo nacen. El canto de muchas especies ocurre a lo largo del día; sin embargo, las 'chicharras' cantan intensamente al anochecer.
Tras el apareo, las hembras colocan sus huevos en ranuras que ellas perforan en tejidos leñosos vivos o muertos de las plantas.
Al emerger las ninfas de los huevos caen y cavan en el suelo, ya adultos chupan la savia de ramas de árboles.
El tiempo transcurrido entre huevo y adulto se desconoce, pero lo que las hace salir son las lluvias.
Mientras no llegue la humedad necesaria a la tierra, en donde se encuentran enterradas, no saldrán para emitir su “canto”.