Honduras

Unos 220 millones de lempiras invirtió Honduras en aeródromos que no se usan

Las obras se vendieron con el argumento de que con ellas se atraería turismo extranjero, lo que no ha sucedido

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18.03.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El aire sopla por la red de aeródromos que se construyeron entre los años 2014 y 2017 en varios departamentos de Honduras y lo único que se levanta es polvo.

Los proyectos los realizó el Batallón de Ingenieros de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y aunque se solicitó la información de cuánto se invirtió, las autoridades no dieron un dato exacto.

Se estima que fueron más de 220 millones de lempiras los que destinó el gobierno de la República para la construcción de estos monumentos que han quedado como adornos, ya que si reciben unos diez vuelos al año es ganancia, pero el 90% son aterrizajes y despegues militares.

Inoperabilidad
La millonaria red de aeródromos que entre el 2014 y 2017 impulsó el gobierno, supuestamente para atraer a los turistas extranjeros, solo le ha dejado al país un gasto de dinero.

EL HERALDO viajó a los diferentes puntos de Honduras para conocer el estado y el servicio que están prestando las pistas que se construyeron bajo el argumento de que empujarían el despegue de la industria sin chimenea, comprobándose su abandono, así como los inexistente vuelos comerciales prometidos.

En estas obras tres aspectos son visibles: los visitantes extranjeros no llegaron utilizando esta infraestructura, despilfarro porque no hay recuperación del gasto y desidia por la situación en que se encuentran las construcciones.

L 120 millones

se estima se gastó en
la construcción del aeródromo
de Río Amarillo, Copán.


Río Amarillo
La campaña gubernamental para la construcción del aeropuerto de Río Amarillo duró más de 10 años, pero una vez terminado el proyecto se tardaron solo tres para abandonarlo.

Este aeródromo -ubicado en Santa Rita, Copán, a tan solo 17 kilómetros de Copán Ruinas- se ofreció como la obra que inundaría de turistas el Parque Arqueológico y saturaría los hoteles de la zona, pero nada de eso ha ocurrido.

La pista de 1,400 metros de largo y la respectiva sala de arribo se inauguró el diez de marzo de 2015. Cuatro años después, ni el parque arqueológico de Copán Ruinas ni la alcaldía de Santa Rita registran un tan solo vuelo cargado de visitantes extranjeros que haya ingresado por este aeródromo.

“Tengo entendido de unos vuelos de turismo nacional, pero eran subsidiados por el gobierno”, dijo Eliud Guerra, subdirector del Parque Arqueológico.

De acuerdo con los lugareños, las únicas aeronaves que de vez en cuando llegan a Río Amarillo son aviones o helicópteros militares, donde los uniformados, sin ningún control, descargan maletas y en un cortejo de carros polarizados desaparecen en la zona.

Vecinos entrevistados dicen haber escuchado algunas noches ruidos de aeronaves. Sospechan de que algo turbio pase en medio de la oscuridad o a luz de la luna. De igual manera, fuentes militares afirman que en este aeródromo han sucedido hechos de los cuales la agencia antidrogas de Estados Unidos ya tiene conocimiento.

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Descuido
Este aeródromo, cuyo costo de construcción no se manejó transparentemente, pero que según algunas cifras mencionadas andaba arriba de los 120 millones de lempiras, ahora está abandonado.

EL HERALDO conoció que en los primeros meses de 2015 había dos delegados de migración, pero como no llegaba ningún desfile de aeronaves como proyectó el gobierno, entonces se retiraron y nunca más regresaron.

Solo quedó un par de soldados cuidando las instalaciones. Debido al descuido, la maleza ya amenaza con someter a la plancha de hormigón. Es tal que la altura del monte se levanta como una barrera entre la sala de recepción y la pista.

2013

En Consejo de Ministros, el Poder Ejecutivo aprobó un contrato para el fideicomiso, financiamiento, construcción, operación y mantenimiento del aeródromo en la comunidad de Río Amarillo.

La negligencia estatal se respira hasta en el interior de la sala de recibimiento, donde no hay ni agua potable porque al gobierno se le olvidó pagar 3,180 lempiras que le debe a la comunidad por el servicio.

Esta es la realidad que experimenta el aeropuerto de Río Amarillo, cuya construcción se vendió como la panacea para fomentar el turismo en Santa Rita y Copán Ruinas, pero que hasta ahora solo ha resultado un fiasco y un negocio redondo para sus constructores.

Crítica
La Unidad Investigativa de EL HERALDO también llegó al aeródromo de Celaque, en Gracias, Lempira.

La edificación fue construida a un costó de 30 millones de lempiras y habilitada en el 2014, pero fue hasta el 29 de abril de 2016 que el diputado nacionalista Tony Hernández, preso en Estados Unidos por narcotráfico, recibió el primer vuelo comercial.

La pista mide 1,200 metros de ancho y su capacidad es para aviones de unos 80 pasajeros, pero en los cinco años de estar funcionando, el único que aterriza seguido es el mandatario.
El ingreso al aeródromo es por una calle de tierra bastante deteriorada y poco transitada.

Un pequeño retén militar permanente da la primera bienvenida a las personas que llegan, en un desolado tierrero.

A simple vista la pista está bajo mantenimiento, pero los vuelos comerciales nunca llegaron, y las promesa de repontenciar el turismo en la zona no pasó de eso.

“Las condiciones del aeródromo están a un 100 por ciento, no es muy seguido que vengan vuelos comerciales, no sabemos cuántos vuelos exactamente al mes vienen, pero hay esporádicamente puede ser un vuelo al mes y sobre la rentabilidad económica, pues sería la gente de Migración la que dé más detalles”, explicó Juan Ramón Mejía, coronel de las Fuerzas Armadas que está a cargo del lugar.

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La visita de EL HERALDO a Celaque coincidió con la llegada del presidente Juan Orlando Hernández al aeródromo.

Al percatarse de la presencia del equipo de prensa en la pista, un elemento de la guardia presidencial ordenó que se dejará de tomar fotografías y luego intimidó para que las que se habían tomado fueran borradas inmediatamente, sin explicar los motivos.

En el recorrido en el lugar no se pudo observar presencia de los empleados del Instituto Nacional de Migración (INM), solo una empleada de Aeronáutica Civil que prefirió no hablar del tema, pues aseguró no saber absolutamente nada.

L 30 millones

Ese fue el costo del aeródromo de Celaque en Gracias, Lempira,

Lo que sí había en el lugar era una gran cantidad de militares, resguardando las dos entradas, una para el público y la otra en un extremo de la pista que según se conoció debe permanecer cerrada, pero es utilizada permanente para la entrada y salida de vehículos.

Ángel Antonio Herrera, presidente de la Cámara de Turismo de Gracias, explicó “estamos en una temporada baja, esperamos que con la llegada de Semana Santa regresen los vuelos, no podría decirle cuántos vuelos recibimos pero por ahora son pocos”.



Abandonado Choluteca
Los vuelos comerciales a la región sur del país han desaparecido. La pista del aeródromo de Choluteca se ha restringido exclusivamente para el uso de aviones privados, fumigadores y aeronaves de las Fuerzas Armadas.

Pese a ser considerada una de las mejores pistas áreas del país, no es utilizada por naves comerciales desde julio del año anterior, cuando se habilitó la carretera que de Tegucigalpa conduce al sur del país.

Y es que la necesidad de habilitar esta pista aérea surgió ante los trabajos que se hacían en la carretera, los cuales provocaban largas filas de vehículos, y el recorrido pasó de tres horas a siete horas en transporte terrestre.

La habilitación de un vuelo comercial desde Tegucigalpa hasta la región sur del país ofreció una salida a cientos de ejecutivos que semanalmente viajan hasta la comunidad por cuestiones de trabajo, obligando al gobierno central a invertir recursos en el plantel y construir una sala de espera para los viajeros que anteriormente aguardaban bajo un árbol hasta que llegara su avión.

La demanda en el uso de vuelos comerciales incrementó con el paso de las semanas, logrando establecer tres vuelos semanales desde la capital hasta la ciudad de Choluteca y viceversa.

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La cantidad de personas que utilizaban el servicio motivó al gobierno central a mejorar la pista ampliándola de 1,100 metros a 1,200 metros de largo.

De igual manera se ampliaron los laterales de la misma y pasaron de 20 metros a 23 metros de ancho, al tiempo que se mejoró el espacio para el parqueo de las naves, convirtiendo al aeródromo en categoría B, permitiendo el arribo de naves con capacidad para 50 personas.

La inversión en la mejora del plantel no fue dada a conocer, ya que se aseguró que era un proyecto de seguridad nacional.

Con la habilitación de la carretera la afluencia de vuelos decayó estrepitosamente, obligando a la aerolínea que había asumido la ruta a suspender la misma y dejando al aeródromo en el olvido, apenas contando con el resguardo militar.

Desde entonces solo es usado por los mismos militares y por aeronaves privadas.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO también llegó a la enorme pista de El Aguacate, en Catacamas, Olancho, donde unos 15 militares se empeñaban en podar la maleza que estaba casi a la altura de una persona.

Las terminal está completamente acondicionada para recibir a pasajeros, con una sala de recepción, baños, un pequeño estacionamiento y los servicios básico.

La pista de asfalto es extensa, mide más de 1,500 metros, pero no toda está en uso, hay unos 200 metros donde la maleza está naciendo sobre el pavimento.

La superficie en algunas partes está gastada, pero no por el aterrizaje de aviones, sino que por la lluvia y las corrientes de agua que se forman.

L 37 millones

Para las autoridades municipales es deprimente la situación, debido a que solo ellas invirtieron unos 37 millones de lempiras y aseguran que por varios años han tenido de adorno su aeropuerto.

Pobladores de la zona lamentaron que solo les vendieron ilusiones, ellos esperaban un despegue económico, pero son las aves las zona que aterrizan y se elevan todos los días.
Aquí lo único que hace falta son los pasajeros y los aviones que según el gobierno central iban a volar todas las semanas con precios accesibles para llegar al departamento.

Para las autoridades municipales es deprimente la situación, debido a que solo ellas invirtieron unos 37 millones de lempiras y aseguran que por varios años han tenido de adorno su aeropuerto.

En la zona constaron que allí unas dos veces al año aterriza la avioneta privada de un empresario y los helicópteros de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) que llegan a cambiar de turno a los efectivos que cuidan Ciudad Blanca.

Otro avión que ha aterrizado allí es el Legacy 600, que es la aeronave presidencial, el cual arriba cuando hay un evento relacionado con los descubrimientos de la Ciudad del Dios Mono.

En los predios, aparte de los militares también están los empleados del museo Kao Kamasa, quienes reciben unos diez visitantes a la semana, llegados de diferentes partes de país.

Las condiciones de la pista son óptimas, existe buena visibilidad para aterrizar sin instrumentos y el lugar está cercado, pero a pesar de ellos siempre se meten semovientes debido al abandono.

Otro aspecto que afecta la zona es la carretera de unos 12 kilómetros entre Catacamas y El Aguacate, que está completamente deteriorada y es una verdadera amenaza.

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Olvidado
En Tela, Atlántida, también el gobierno ordenó la construcción de una pista aérea que reúne todas las condiciones para operar.

El equipo de EL HERALDO llegó hasta las instalaciones, donde cuatro efectivos de la Fuerzas Armadas (FF AA) la custodiaban.

Los militares afirmaron que ellos solo las estaban resguardando, pero la encargada de su operación es la alcaldía municipal de Tela.

Al igual que en los demás aeródromos del país, solo es un monumento con una bonita cabina para la recepción de pasajeros, que hasta el momento son solo una ilusión.

El recorrido de la Unidad Investitativa de EL HERALDO continuó hasta llegar a una de las escenas naturales más bellas que tiene Honduras, la bahía de Trujillo, en Colón.

Aquí un aeropuerto más que un lujo es una necesidad debido al potencial turístico de la zona y por su proximidad con otros sitios emblemáticos como Islas de la Bahía.

Viajar de Tegucigalpa a esta zona de Honduras es un recorrido cansado, que dura entre 7 y 10 horas, dependiendo de la ruta que se tome.

Mientras que en avión se llegaría en menos de una hora, pero hacerlo en la actualidad es casi la muerte por las condiciones de la pista de aterrizaje.

Camiones, motocicletas, carros particulares, ovejas, caballos, vacas y garzas son los que más usan el aeropuerto.

La pista es una capa de asfalto con enormes baches, tiene una cabina con dos meteorólogos y los efectivos de las Fuerzas Armadas que están en la zona, aparte de dar seguridad son los que corren a espantar a los animales y a detener el tráfico de carros cuando saben que va aterrizar un avión.

Las autoridades de todas estas zonas donde se han construido los aeródromos lamentaron que ya han pasado varios años de haberles vendido la ilusión de tener un aeropuerto local, pero hasta la fecha no es más que eso, una ilusión.