TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una de las principales razones para llevar el aeropuerto internacional de Toncontín a Palmerola, Comayagua, fue la seguridad operacional.
Las autoridades de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza) y de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep) informaron que la idea era tener una terminal aérea en la capital que cumpla con las normativas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Lo que se desconocía es que Honduras asumiría la mayor parte de las inversiones que se requieren para que el aeropuerto inicie operaciones con su propia certificación.
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La ampliación del presupuesto destinado para estas obras es de 46.2 millones de dólares, más de 1,113 millones de lempiras adicionales. En total, Honduras invertirá 122.3 millones de dólares, más de 3,000 millones de lempiras.
“Las obras que se harán no son adicionales, son las obras que le corresponden al Estado entregar de acuerdo al mismo contrato”, declaró el director de la Unidad de Coordinación del proyecto por parte de Insep, Miguel Mencía.
Costo
200 millones de dólares en 30 años es la proyección de inversión del concesionario, mientras opera la terminal.
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Justificó que para estos trabajos ya estaba estipulado un monto, pero era referencial y ahora no ajusta para que todas las obras que se le asignaron al Estado cumplieran con las normativas que exige la terminal.
¿Y cuáles son los trabajos a ejecutar? Son los que se encuentran en el anexo 13 del contrato y las que garantizarán que la terminal sea certificada por la OACI.
En el área de movimiento de aeronaves, la terminal deberá cumplir con los requisitos técnicos mínimos y las obras son responsabilidad del concedente (el Estado de Honduras), las cuales deben cumplir con las Normas y Métodos Recomendados (SARPS) de la OACI.
Al momento de desarrollar los proyectos, también se deberá tener en consideración las circulares de consulta de la Administración Federal de Aviación (FAA), que es la responsable de regular la aviación civil en Estados Unidos.
Pista de vuelos
Para la operación del aeropuerto de Palmerola se utilizará la actual pista de la base militar José Enrique Soto Cano, que cuenta con 2,440 metros de longitud y 45 metros de ancho.
Esto permitirá la operación de aeronaves clave E, es decir, para recibir aviones tipo Boeing 747, Boeing 777 y los Airbus A 330 y A340 con capacidades de hasta 500 pasajeros.
Según el contrato, la actual pista carece de márgenes a los lados, por lo que el Estado hondureño es el responsable de su construcción, con unas dimensiones de 7.5 metros a cada lado de la pista.
En el anexo 14 señala que el concedente también se debe hacer cargo de un sistema de separación de hidrocarburos y de agua pluvial en la plataforma de estacionamiento.
Asimismo, es responsable de la construcción y equipamiento de la torre de control, de acuerdo con las especificaciones internacionales de aviación civil.
Existe, además, un listado de requisitos técnicos mínimos que deberá tener el área de la terminal que son responsabilidad del Estado.
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Con los 122.3 millones de dólares aprobados, Honduras también deberá construir la terminal de carga, consistente en un pequeño almacén.
Otro de los compromisos es edificar una planta de abastecimiento de combustibles, un edificio multipropósito en el que se podrán alojar los talleres de mantenimiento y vehículos del aeropuerto.
Se debe incluir un edificio para el Centro de Control de Área (ACC), un edificio o zona para oficinas de aeropuerto u operador de handling, otro edificio para alojar la central eléctrica del aeropuerto y el cerco perimetral para seguridad aeroportuaria, más la estación depuradora de aguas residuales.
Mencía precisó a EL HERALDO que la ejecución de estas obras iniciarán después de que publiquen la reforma del artículo 2 del decreto que contiene el contrato en el diario oficial La Gaceta.