TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La carrera presidencial prematura iniciada por algunos líderes del Partido Nacional es parte de una estrategia institucional de retener el poder en las próximas elecciones basado en su organización y capacidad de maniobra que ya le dio resultados.
Algunos analistas políticos consultados por EL HERALDO consideran que detrás de estos movimientos está el presidente Juan Orlando Hernández quien, pese a las críticas de la oposición, sigue siendo un hombre de influencia.
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No se descarta que el partido de gobierno celebre elecciones primarias simbólicas en torno a una candidatura presidencial única y si esta no se da por lo menos el sector gobierno ya mandó a “calentar” a dos presidenciables: Mauricio Oliva y Nasry Asfura.
Para las elecciones primarias pasadas, dos corrientes internas oficialistas giraron en torno a la candidatura de Hernández: Juntos por más Cambios y Unidos por una Nueva Honduras. “No descartamos que Mauricio Oliva pueda ser la cabeza del Movimiento Unidad y Esperanza (el de Asfura) como tampoco descartamos que Ricardo Álvarez pueda ser la cabeza”, dijo el domingo el diputado David Chávez, uno de los promotores del movimiento del alcalde, quien ayer fue invitado a Comayagua a un evento político.
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Para el analista Edgardo Rodríguez, estos movimientos presidenciales al interior del Partido Nacional no precisamente se originan en una división y afirmar que el mandatario está detrás “es atribuirle poderes sobrenaturales”. “Pero tampoco vamos a ser ingenuos al decir que JOH nada tiene que ver con los movimientos internos, no se desconoce su influencia”, añadió.
Por su parte, el sociólogo Pablo Carías no le da a Hernández el mismo peso político que tenía antes pues “ha perdido su capacidad de liderazgo, tenemos un Presidente desgastado emocionalmente”. Para este analista, el candidato presidencial del Partido Nacional será Oliva.
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