TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El mundo entero anhela una vacuna que proteja contra el covid-19, que evite miles de muertes y estragos en la salud de las personas.
Pese a que todavía no hay una que esté aprobada en su totalidad, hay tres opciones que van muy avanzadas en sus ensayos clínicos con pacientes para que desarrollen anticuerpos ante el virus.
La vacuna más adelantada es de la Universidad de Oxford de Inglaterra que ya está en fase tres, la última de los ensayos clínicos.
Asimismo, una compañía de biotecnología de Estados Unidos ingresará el 27 de julio a su fase final de los ensayos clínicos y ha reflejado resultados alentadores porque no provocó efectos adversos en quienes se ha aplicado. Otra que tiene una etapa de desarrollo adelantada es la del Laboratorio de Beijing, en China, que está en fase dos.
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EL HERALDO conoció que autoridades del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) conformaron un equipo de trabajo para poder ingresar la vacuna contra el coronavirus una vez que esté lista.
Si no fuera por ese virus que surgió en China a finales de 2019, un total de 891 hondureños seguirían con vida probablemente, pues fueron víctimas de las complicaciones que provoca esa enfermedad.
La cifra de fallecidos por covid-19 es mayor porque no todos han sido confirmados por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
Desde el 11 de marzo, cuando se confirmó el primer caso en Honduras, se registran 32,793 personas que se han contagiado y de los cuales 3,661 se han recuperado.
El contar con una vacuna aumenta las probabilidades de proteger y salvar vidas de personas vulnerables como trabajadores de la salud, enfermos crónicos y adultos mayores, entre otros.
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Esperanza
“Hasta que no dispongamos de una vacuna, que no va a ser este año, pero que ya estamos trabajando como Secretaría de Salud para una futura introducción de la vacuna, cuando ya esté disponible una vacuna segura y efectiva”, anunció a EL HERALDO Ida Berenice Molina, coordinadora del PAI.
Agregó que trabajan desde ahora porque la introducción de una vacuna requiere un proceso de planificación y mínimo son seis meses para hacerlo.
El desarrollo de una vacuna lleva las siguientes fases: la preclínica, clínica y de aplicación a la población.
“En fase clínica existen 127 vacunas, o sea, en ensayos en pequeños grupos de población, y en evaluación clínica hay 17 vacunas que tienen un desarrollo más avanzado”, explicó la galena.
Añadió que dentro de esas 17 vacunas en desarrollo que están más avanzadas hay una que ya está en la tercera y última fase, hay dos que están en la fase dos y el resto están entre la fase uno y dos.
“Esas fases indican que están en grupos más grandes de población, en grupos a nivel mundial de diferentes continentes para medir la eficacia, la inmunogenecidad de esas vacunas y la seguridad, lo que se refiere a observar si al aplicarle la dosis a la población qué reacciones adversas presenta, si son leves, graves o moderadas, y cuál es el porcentaje de protección que da la vacuna”, detalló.
Un totalde 891 personas han muerto a causa del coronavirus en Honduras. |
Añadió que la vacuna más avanzada que está en fase tres, que puede durar de cuatro a cinco meses en esa etapa, se estaría finalizando en noviembre, pero luego viene un proceso de certificación por una entidad regulatoria nacional.
“Hay mucha incertidumbre sobre la vacuna aún, sin embargo, sabemos que están en un desarrollo acelerado y probablemente a inicios del próximo año (2021) esté la primera vacuna contra la covid-19”, adelantó.
Molina manifestó que la OMS ha creado una iniciativa que permitirá garantizar que cuando una vacuna esté lista tengan acceso a ella todos los países del mundo, en especial los países pobres y de mediano riesgo.
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¿A quiénes protegerán?
La Organización Mundial de la salud (OMS) creará la política de inmunización, donde se definirá a qué grupos de población se va a proteger.
“De manera preliminar, la OMS está planteando que el primer grupo a proteger son los trabajadores de la salud, un segundo grupo los enfermos crónicos y los adultos mayores, esos son los tres grupos que la OMS ha definido como los grupos prioritarios sin contar aún con una vacuna segura y efectiva y será por etapas”, detalló.
En ese sentido, Molina dijo que los países deben preparase y adelantarse a esa etapa de planificación, pues deben disponer de censos reales de cuántos trabajadores de la salud hay tanto en el sector público como el privado.
Asimismo, levantar un censo de cuántos enfermos crónicos y adultos mayores para definir la cantidad de dosis que se va a requerir. También se tiene que identificar cómo se va obtener el financiamiento para adquirir esa vacuna, si se tendrá capacidad con fondos nacionales o se va a requerir apoyo de cooperantes internacionales.
Comentó que se está trabajando para elaborar un plan de introducción de la vacuna cuando ya esté desarrollada. Se estima que para 2021 en el país haya alrededor de 900 mil adultos mayores de 60 años, unos 34 mil trabajadores de la salud y 400 mil enfermos crónicos.
En base a lo anterior, Honduras necesitaría inmunizar a 1.4 millones de hondureños, una meta similar a la dosis de vacunación contra el virus de la influenza estacional.
“También se tendrán que considerar los grupos esenciales para el funcionamiento de un país, cuando hubo la pandemia de influenza (2009) se vacunaron grupos esenciales como personal que trabaja en gasolineras, supermercados, bomberos, policías, militares, que no son de salud pero también están en primera línea”, reconoció.
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Equipo
“Estamos conformando un equipo nacional para el tema de la vacunación futura, donde además de la Secretaría de Salud y la OPS estaría involucrado el Consejo Consultivo Nacional de Inmunización, grupos de la sociedad civil, el Colegio Médico de Honduras, asociaciones médicas, el Seguro Social, la academia y todos aquellos grupos que puedan contribuir a ese proceso de introducción exitosa de la vacuna, una vez que esté disponible”, enumeró.
Añadió que el país ya tiene experiencia en la introducción de vacunas, la más reciente fue la vacuna contra la Hepatitis A, que se comenzó a aplicar el 2 de enero de este año en centros de salud.
“Estamos en una pandemia terrible, probablemente la OMS va a tener que acortar los periodos que ya tiene establecidos para la precalificación, generalmente la precalificación de una vacuna tarda un año y en este caso la OMS tendrá que acortar los tiempos”, consideró.
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Agregó que no pueden esperar a que esté la vacuna para empezar a planificar la introducción.
El equipo ya lleva un mes de trabajo para que cuando las dosis estén listas sean ingresadas al país lo más pronto posible.
La población debe mantener las medidas de bioseguridad: lavarse las manos frecuentemente, usar mascarilla, mantener la distancia física con otras personas, quedarse en casa de ser posible y solo salir por lo necesario.
Una persona, al sentir un síntoma que pueda dar sospecha de que está contagiada, no debe esperar a que surjan otros, más bien debe acudir al centro de triaje más cercano para que lo revise un médico, le hagan la prueba y le brinden tratamiento.
