Para los estudiosos de este tema, el feroz coronavirus más la conducta inapropiada de la clase política conforman una combinación muy peligrosa que podría conducir a Honduras a una conflictividad permanente, a la inestabilidad social y a una crisis de gobernabilidad.
Ya otras sociedades de sólidas democracias, como la estadounidense, han sentido y visto el descomunal golpe de una crisis sanitaria mundial que ha obligado a las personas a un aislamiento como medida para evitar el incremento de los contagios y muertes, afectando la campaña electoral para las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre
El 21 de junio, la pandemia mostró lo que es capaz de generar hasta en el más robusto sistema político cuando un mitin programado y preparado para promover la reelección del presidente Donald Trump solo reunió 12,000 personas, cuando esperaban 40,000 asistentes y la campaña presumía que casi un millón querían obtener entradas.
Aparte de este hecho, los políticos estadounidenses están sufriendo los efectos de la pandemia ya que no han podido estar cerca de sus seguidores y sus comparecencias en foros, sus apariciones por streaming y el uso de las redes sociales no han tenido las consecuencias deseadas.
Impacto en las elecciones de Francia
La pandemia del covid-19 también dejó sus huellas en las elecciones municipales de Francia.Ivonne Bonilla, embajadora de Honduras en esa nación europea, le relató a EL HERALDO que el 15 de marzo del 2020, dos días antes del inicio del confinamiento nacional, en medio de la crisis sanitaria y a pesar de esta, se realizó la primera vuelta de las elecciones. La tasa de abstención del 56% fue histórica, con apenas el 44 % de participación.
La segunda vuelta programada en un inicio para el 22 de marzo del presente año fue aplazada debido al aumento de las cifras de afectados por el covid-19.
Finalmente, se realizaron el domingo 28 de junio. Unos 16 millones de franceses estaban convocados. “La participación fue alrededor del 40%. La distancia entre la primera vuelta y la segunda, la ausencia de campaña, otras preocupaciones en la mente de los votantes como el virus y la recesión económica pueden expresar el dato”, sostuvo la diplomática.
Igualmente, el periodista hondureño José Manuel Torres, residente en Francia, describió a este medio de comunicación que “si lo vemos desde el punto de vista del oficialismo, la pandemia movilizó un electorado opuesto a la visión tradicional de poder y gobierno'.
'Las formaciones de las corrientes ecologistas (no hay una sola) consiguieron posicionarse como una alternativa creíble frente a los partidos tradicionales (tanto en las ciudades como en las áreas rurales)”, valoró.
Torres describió este acontecimiento como inédito en el país. “Por ejemplo, en Lyon, que es considerada la tercera ciudad de Francia y que es una de las ciudades más industrializadas, ganaron los ecologistas en alianza con otras formaciones de izquierda'.
'Es una sorpresa porque consiguieron derrotar a Gérard Collomb, que es un político recio y una especie de caudillo de la ciudad. En Marsella, la segunda ciudad de Francia, ganó una coalición de fuerzas de izquierda', amplió.
Analizó que 'aquí hay dos aspectos interesantes; el primero, ganaron contra una clase política instalada en el poder desde hace varias décadas, en segundo lugar, la coalición política es un movimiento ciudadano que agarró mucha fuerza durante el confinamiento”.
Torres destacó que la virtud de la coalición fue la de canalizar el descontento frente a la política tradicional sin caer en demagogias. Por otro lado, en términos nacionales, la abstención estuvo dentro de los rangos habituales.
Desde el inicio de la pandemia, el Estado comprendió que esta podía convertirse en una amenaza contra la democracia electoral, así que hizo todo lo que estuvo en sus manos para garantizar espacios de votación bien aseptizados (desinfectados) y facilitar el acceso a las urnas.
Durante la gestión de la pandemia, el ex primer ministro asumió el primer rol y el presidente Macron quedó a su sombra. A dos años de las elecciones generales, esta situación es algo que el presidente Macron no puede permitirse, así que tomó la resolución de disolver el gobierno de Philippe y poner en un su lugar a un nuevo funcionario sin mayor dimensión política, explicó el periodista hondureño.
Según una guía para organizar elecciones en tiempos de pandemia promovida por la Organización de Estados Americanos (OEA), al 25 junio de 2020 más de 60 elecciones en el mundo habían sido pospuestas por motivos del coronavirus.
Igual, en América también varios países están en una encrucijada de no saber si celebrar o postergar sus comicios. Naciones “como Bolivia, Chile, República Dominicana y Uruguay han agendado nuevas fechas para sus procesos'.
'Otros han procedido de acuerdo a lo programado, como Guyana, Suriname y St. Kitts and Nevis. Otros Estados Miembros se encuentran preparando elecciones del próximo año tomando en cuenta el nuevo contexto”, pero sin saber si se realizarán a tiempo o no.
Elecciones Honduras
De acuerdo con el cronograma electoral, en Honduras deberán realizarse elecciones primarias el próximo 14 de marzo y elecciones generales el 26 de noviembre de 2021.En esta nación el temor de la población de ir a las urnas sin exponerse al contagio del coronavirus es menor al miedo de la contaminación de los resultados de las elecciones, dado la conducta manipuladora y fraudulenta de los políticos, opinan analistas.
El covid-19 ahora no solo es una amenaza real para la salud de la población, sino también para la frágil democracia hondureña.
Este virus, según los analistas, mezclado con las triquiñuelas y la falta de voluntad de los políticos en el poder para establecer medidas y herramientas que generen confiabilidad en los resultados de la elección, hacen una amalgama peligrosa.
Para el sociólogo y catedrático universitario Eugenio Sosa, con el covid-19 “nosotros estamos teniendo un retroceso democrático brutal, pues esta vez los hondureños ni siquiera tendrán lo más elemental que son las elecciones bajo las condiciones ciudadanas, de respeto a los derechos ciudadanos, de respeto a las reglas del juego y peor limpias”.
Sosa recordó que “siempre habíamos dicho que nuestra democracia era simplemente electoral, que no era sustantiva para resolver los problemas de la gente, pero hoy no es ni sustantiva ni electorera”.
Asimismo, rememoró que desde el año 2013 se viene hablando de la necesidad de las reformas electorales y no quisieron tratarlas; pasó la crisis del 2017 y tampoco las abordaron; dejaron correr el tiempo a tal grado que se cruzó la pandemia con el calendario electoral, y en ese sentido efectivamente tenía que afectar.
También afecta con mayor fuerza porque las instituciones relacionadas con el tema electoral siguen estando bastante partidarizadas: “usted ve la forma en que se comportan los del RNP (Registro Nacional de las Personas) son voceros de los partidos, al ser voceros no tienen la autonomía para mover con mayor interés el tema del censo electoral y de la tarjeta de identidad y luego los agarró la pandemia”.
Por falta de consenso político no se han dado las reformas electorales. El analista lo ve claro: lo que hay es un ajuste de pasar de dos a tres competidores políticos (Partido Nacional, Liberal y Libre). En este tridente está la pugna y la lucha, pero los temas sustantivos no se han abordado.
La autonomía de los organismos electorales no se logró. Los tres partidos quedaron de manera fáctica y de hecho.
Al respecto de la reelección presidencial, el cálculo político define la agenda: unos que no la quieren creyendo que van a ganar y otros la quieren creyendo que es la forma de derrotar.
Otro aspecto importante es la segunda vuelta y la integración de las mesas ciudadanizadas, sostuvo Sosa.
A su criterio, la pandemia y la actitud de los políticos amenazan con una destrucción de la participación ciudadana en los procesos electorales, con el aumento del abstencionismo y el incremento de la desafección política, produciendo como consecuencia conflictividades permanentes, inestabilidad y crisis de gobernabilidad.
Sobre el uso de la crisis sanitaria para un continuismo, Sosa considera que las condiciones están dadas, argumentando falta de recursos financieros para los procesos electorales, internos y general, pero la pregunta es “¿quién se lo podría impedir?, además tiene los motivos para continuar en el poder y no rendir cuentas”.
Obstáculos
Mientras la pandemia sigue su curso, la oposición política hondureña exige la implementación de mecanismos que permitan procesos electorales limpios, entre tanto, el Partido Nacional, golpeado por una administración salpicada de escándalos de corrupción, se aferra al poder con uñas y dientes sin mostrar voluntad a cambios que lleven a elecciones confiables.Aun es incierto de que los hondureños vayan a los nuevos procesos electorales con una nueva tarjeta de identidad y un censo depurado, por otro lado no se ha dejado claro que al momento de la votación se utilice los identificadores de huellas dactilares, propuesto por los opositores al régimen.
Pero el tema más importante, que es el manejo transparente de las mesas electorales- que en las elecciones generales serían de unas 21 mil instaladas- no hay un consenso; la oposición plantea que estén integradas por tres miembros propietarios y sus suplentes, mientras que el Partido Nacional pide que sean cinco.
Según un analista, que pidió confidencialidad, con tres representantes solo estaría uno por el Partido Liberal, otro por Libre y el tercero por el Partido Nacional, empero cuando los nacionalistas promueven cinco buscan que dos partidos minoritarios tengan representación, lo cual por su historial con el manejo de las credenciales estas entidades son fáciles de comprar.
Edmundo Orellana Mercado, exfiscal general del Estado, también es del criterio que la realización de unas elecciones limpias pasa por la conformación de las mesas electorales.
En todo caso, hace una aclaración que “no como dice Libre que está en el censo electoral; que aquí hay problemas, sí lo hay, pero con un censo sin depurar Libre ganó dos elecciones, el problema es que las perdió en el escrutinio y en la transmisión de datos. Ahí es donde hay que concentrar el esfuerzo para mejorar”.
Él no cree que exista el ambiente adecuado para unas elecciones transparentes. “El Partido Nacional está cerrado en el tema de la segunda vuelta electoral, ahí definitivamente dice que no'.
'En el tema de las mesas electorales dicen que estén todos los partidos, lo que significa que a lo que están apostando es a comprar la mesa electoral, porque usted sabe que los partidos pequeños no todos, pero algunos, quizá en su mayoría, trafican con las credenciales y lo que hacen es convertir una magnífica oportunidad para fortalecer la democracia en un mecanismo de enriquecimiento para los líderes, son mercaderes de la política”.
Al igual que Sosa, Orellana también teme que se utilice la pandemia del covid-19 para una acción continuista.
'Esta tendencia ya se miraba desde antes, pero ahora es la mejor excusa, justamente porque la gente se pregunta ¿vale la pena ir a votar? ¿Vale la pena ponerse en riesgo de morir?… Bien, eso es una excusa para que digan no se pueden planificar las elecciones o se diga no hay dinero para financiarlas”, reflexionó.
Mientras tanto, Mauricio Oliva, diputado presidente del Poder Legislativo, quien ha manifestado que la segunda vuelta electoral no va, recientemente escribió en su twitter que “Honduras va a necesitar de mucho diálogo y consensos. Vienen tiempos de grandes pactos alrededor de los temas nacionales que deben quedar como políticas públicas gane quien gane”.
Honduras va a necesitar de mucho diálogo y consenso. Vienen tiempos de grandes pactos alrededor de temas nacionales que deben quedar como políticas públicas gane quien gane. Si caemos en campañas de confrontación y odio. No va a ganar nadie, vamos a perder todos. #somosuno pic.twitter.com/9yaFPBnSGM
— Mauricio Oliva (@DrMauriciolivaH) August 18, 2020