SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- Unos tres días han pasado desde que las lluvias comenzaron a cesar en el territorio nacional y de a poco los niveles de los ríos van bajando.
En las zonas afectadas por el paso de las tormentas tropicales Eta y Iota huele a lodo, a restos de animales muertos, a podredumbre.
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Las familias salen de los albergues y sus vistas se pierde en los espejos de agua achocolatada que inundan las calles por donde hace unos días ellos caminaban y sus hijos corrían con toda libertad.
En algunos sectores de San Pedro Sula, La Lima, Choloma, en San Manuel, Cortés; en Yoro, Colón y Gracias a Dios las familias están intentando regresar a sus casas, pero por momentos sienten que es imposible, todo está anegado.
Los trabajos de limpieza que comenzaron después del paso de la tormenta tropical Eta quedaron en nada, ahora tienen que remangarse las camisas de nuevo para comenzar de cero.
Hasta ayer no se miraba maquinaria para limpiar la suciedad, la mirada a cada esquina es sorprendida por la destrucción y la gente no sabe por dónde comenzar, la sensación es que todo está perdido.
Auxilio
En La Lima, Cortés, que es el municipio más afectado por la llenas debido al desbordamiento del río Chamelecón, hay muchas colonias anegadas.
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“Desde la primera llena perdimos las cosas, hoy volvimos pero las pérdidas son mayores, aquí ocupamos que nos pongan la luz porque se están robando las cosas, también necesitamos agua para lavar las pocas cositas que quedaron”, suplicó un habitante de la zona, identificado como don Nacho.
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El poblador aseguró que nunca había vivido algo como ahora, ni para el huracán Mitch de 1998 sufrieron tanto, por eso se confiaron y de repente el agua iba subiendo hasta que quedaron cubiertas todas las viviendas.
En La Lima se ve personas que caminan con angustia por las partes inundadas, la mayoría están llegando a sus casas a ver qué encuentra.
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En cada paso que dan los invade la tristeza, se abren paso por el agua llena de basura, “hasta el hospital que había instalado la Alcaldía para atender a los pacientes de covid-19 está inundado”, lamentó otro habitante de la zona.
Algunas empresas en el norte que también resultaron afectadas comenzaron a realizar el inventario de la maquinaria, materia prima y cultivos ahogados por el desbordamiento de los ríos.
Los pobladores no tienen más alternativa que solicitar apoyo de las autoridades con maquinaria y personal para sacar el lodo, los desperdicios y comenzar de nuevo, porque ni alimento tienen.
En Tocoa, Colón, muchas familias están regresando, pero no encuentran nada, no tienen dónde dormir, alimentos y se necesita apoyo, demando el alcalde Adán Fúnez.
En Gracias a Dios muchas familias han querido regresar a sus casas, pero el desbordamiento de los ríos sigue, el agua les llega a las rodillas y necesitan ayuda y alimento para las familias.
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En otros departamentos del país donde se habían registrado desalojos preventivos como en Choluteca, ayer unas 400 familias regresaron a sus viviendas.
El gobierno anunció ayer que comenzará la limpieza de la zonas afectadas contratando a las personas del lugar, generando empleo en el mismo sector.
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