CORTÉS, HONDURAS.- La región industrial del país ha sido golpeada severamente en tres ocasiones continuas por las lluvias e inundaciones que dejaron dos ciclones tropicales.
Ayer, los municipios del valle de Sula se inundaron por tercera vez por las lluvias que han caído producto de una vaguada.
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Esta zona aún no se recuperaba de la devastación que dejó Eta y luego el paso de Iota.
Esto se debió a las crecidas y desbordamientos de los ríos Ulúa y Chamelecón.
El municipio de La Lima, Cortés, declarada zona cero por la devastación que causaron a su paso los ciclones tropicales, resultó afectada pues se volvió a inundar.
Asimismo, San Manuel, Cortés, y El Progreso, Yoro, resultaron afectados por las crecidas de los caudalosos ríos.
Mientras que en San Pedro Sula, las zonas aledañas al río Chamelecón han sufrido inundaciones.
A su vez, las comunidades de Potrerillos también resultaron afectadas. La población que vive en estas comunidades se mantiene en zozobra.
Decenas de personas habían retornado de los albergues a La Lima y El Progreso para limpiar el lodo y sacar el agua de sus viviendas, así como tratar de rescatar pertenencias que seguían en buen estado.
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Sin embargo, una nueva inundación complica la situación.
Los pronosticadores de turno de la Secretaría de Gestión de Riesgo y Contingencias Nacionales (Copeco) advirtieron que las lluvias continuarán durante las próximas horas, por lo que las crecidas de los ríos seguirán aumentando sus niveles.
Incluso ayer, el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos anunció que una nueva onda tropical ingresaría anoche al país por La Mosquitia y dejará lluvias en el sur, centro, oriente y occidente. Por esa razón, el alcalde de La Lima, Santiago Motiño, determinó cerrar la entrada a la ciudad para que el personal de la municipalidad realizara acciones de limpieza.
Motiño solicitó a los pobladores que esperen un poco más para regresar a sus viviendas.
“Necesitamos abrir y reactivar la economía para que los empresarios puedan reiniciar sus actividades en sus negocios y así poder suplir las necesidades de la población, pero hay que esperar”, aseguró el edil.
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Mientras que en los bajos de Choloma, Cortés, hay más de 1,200 personas que están incomunicadas y necesitan alimentos, agua, ropa y otros insumos.
Ellos no evacuaron, pues temían que les robaran sus pertenencias, están en las partes más altas de las casas o en cerros. Sin embargo, con la crecida de los ríos corren peligro.
Sin barrera
La región del valle de Sula está más propensa a que se inunde debido a que los bordos de los ríos y canales fueron dañados con la devastación que dejaron Eta y luego Iota.
Pese a que ambos ciclones salieron pronto del territorio nacional, los desastres y el caos conllevará meses y hasta años para que el país pueda recuperarse en cuanto a economía, infraestructura, red vial, cultivos agrícolas, entre otros.
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Marvin Aparicio, jefe del Comando de Incidencias, de Copeco, dijo que solo “Iota ha afectado (ayer por la tarde) 739,497 personas en forma directa y eso aparte de los 3.4 millones de afectados por Eta, estamos hablando que podría llegar a superar los cuatro millones de personas”. Los afectados están mayormente en el valle de Sula, municipios de Atlántida, Yoro, Colón, Santa Bárbara, Ocotepeque y Copán.