Al menos cinco policías de una treintena que, según las investigaciones de inteligencia policial, participaron directamente en la planeación y ejecución del zar antidrogas Julián Arístides González Irías ya están muertos, igual que otros dos oficiales que guiaron a los investigadores hacia los videos.
Todos perecieron en circunstancias violentas, acribillados en las calles de esta y otras ciudades del país.
Algunos criminalistas consultados hablan de una limpieza de la mesa, cumpliéndose la advertencia que dijo el comisionado general X el domingo 29 de noviembre en la reunión que se realizó en Casamata a las 6:00 de la tarde para planificar el crimen del director de lucha contra el narcotráfico.
COMISIONADO GENERAL X: Hagan bien las cosas. Recuerden, señores, no podemos fallar, peligroso un doblón y no quiero que alguien de ustedes en un disgusto con otro oficial de ustedes mismos vaya a hablar papadas
COMISIONADO X: Sí, porque ya saben lo que los espera, ya todos nos conocemos y recuerden que esos capos son poderosos y se nos puede dar vuelta la tortilla.
COMISIONADO GENERAL X A SUBCOMISARIO D (Encargado de colocar a los agentes de tránsito en el sitio del crimen): Hable con ellos, por favor.
SUBCOMISARIO D: No señor, no se preocupe, señor, ya todo está arreglado.
COMISIONADO GENERAL X (Levantando sus manos): Nooo, yo no me preocupo, que se preocupen ellos.
-Todos los oficiales que están ahí ríen-.
Los muertos
A partir de 2010, siete de los policías -entre agentes y oficiales- mencionados de una u otra manera en el informe investigativo DGPN-DED2-DI-No. 1101-2009, que identifica a los supuestos autores intelectuales y materiales del asesinato del jefe antinarcóticos, perecieron violentamente y sus casos también se mantienen en la total impunidad.
Uno de los primeros en morir fue el policía de tránsito Roney Iván Alvarado González, testigo que declaró ante los investigadores cómo se ejecutó el crimen el 8 de diciembre de 2009. Su deceso fue violento y su defunción fue registrada el 23 de septiembre de 2010.
Asimismo, el 14 de mayo de 2011, el policía y presunto sicario Gherluis Ronherick Salgado Espinal apareció acribillado dentro de una camioneta Prado que personas encontraron en la colonia 21 de octubre.
Igualmente el clase III Constantino Rioberto González Martínez, que en el informe de los investigadores se menciona como uno de los que llevaron los maletines de dólares para el pago del asesinato, pereció violentamente en La Ceiba, cuando estrelló su carro en un árbol, luego de ser tiroteado. Su defunción se registró el 21 de julio de 2011.
Por otra parte, el 2 de mayo de 2012, en el bulevar Fuerzas Armadas, a la altura de Instituto Hondureño de Formación Profesional (Infop) fueron acribillados los oficiales de la policía Rosel Armando Nájera Hernández y Dorian Martí Sobalvarro Bueso, quienes recientemente habían sido separados de la institución.
Al momento de su muerte, ellos se transportaban en un vehículo Mitsubishi Sportero color blanco, sin placas.
También el subcomisionado German Fernando Reyes Flores pereció el 16 de enero de 2013 al ser atacado a tiros en la colonia Loarque.
Este oficial fue uno de los primeros que llegaron a la reunión del domingo 29 de noviembre de 2009, donde sus compañeros de cúpula y de mandos intermedios planificaron liquidar al jefe antinarcóticos.
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Reyes sabía de los riegos que corría por ayudar a los investigadores y así quedó plasmado en su declaración testifical: “Mirá viejo, no voy hablar mucho, lo que voy a decir es muy delicado, está en riesgo tu vida y la mía, por eso no te voy a firmar la declaración. Ok, presentátele a la oficina de inteligencia al inspector X, él tiene ya los videos donde se reunieron los oficiales que planificaron asesinar al general Arístides González, ahí te vas a enterar de todo”.
Otro oficial que corrió igual suerte fue el subinspector Jorge Roberto Castro Duarte, quien fue hallado sin vida y con un balazo en la cabeza el 5 de noviembre de 2014 en una calle de tierra de la colonia Villa Olímpica.
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Con su firma, Castro autorizó a que el encargado de monitoreo de las cámaras en Casamata entregara las cintas donde se aprecian las reuniones en que se planificó el asesinato de Arístides González.
Desliza la pantalla y repasa las misteriosas muertas en esta línea de tiempo:
¿Dónde están los demás?
De la treintena de oficiales y agentes que, según el informe contenido en el oficio DGPN-DED2-DI-No.1101-2009, son autores intelectuales y materiales del asesinato de González Irías, al menos cinco murieron acribillados, tres están retirados, uno actualmente no tiene asignación, otro está preso y al menos dos fueron dados de baja.
De acuerdo con los registros de la Policía, al menos 18 de los involucrados en el crimen siguen activos en las distintas dependencias de la Policía Nacional: la Dirección de la Policía de Investigación (DPI), en Recursos Humanos, en Finanzas y en la sala de crisis; otros ocupan jefaturas en postas de las colonias capitalinas o son jefes departamentales.
Igualmente, varios de estos implicados también aparecen en los listados de oficiales y policías depurados, sin embargo, como nunca se les notificó su separación por una serie de trucos legales que ellos utilizaron a lo interno de la Policía, entonces continúan en la institución.
Actualmente la Inspectoría General de la Secretaría de Seguridad tiene en sus archivos expedientes sobre varios de los oficiales y policías antes descritos, a quienes se les han seguido investigaciones por la comisión de diferentes delitos.
Sin embargo, los casos nunca fueron enviados al Ministerio Público, como lo recomendaron los investigadores, lo cual refleja un acto de omisión que también es penado por la ley.
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