En muchas apps para buscar a tu media naranja -como ocurre en Tinder- se revela una extraña combinación de cierto anonimato, esperanza ciega y desesperación, que hace que sea propicia para el engaño. Este fue el caso de una joven de Nueva York que decidió realizar una de las estafas más grandes en la historia de citas en línea.
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De acuerdo a New York Magazine, Natasha Aponte comenzó a planear el engaño hace aproximadamente un mes, cuando coincidió con varios hombres en Tinder. La mujer dio paso a una serie de coqueteos por medio de mensajes en los que, después de engatusarlos con halagos, les hacía creer que estaba interesada en conocerlos en persona.
Luego de una estratagema, en la que fingió alejarse de la red, Aponte resurgió con un mensaje en el que le preguntaba a los hombres con los que había estado en contacto si querían reunirse con ella en Union Square en Nueva York, para ver un set de DJ y tomar una copa en una cita -supuestamente- a solas.
A las 6:00 de la tarde del domingo, cuando aparecieron para conectarse con ella en la aplicación, se encontraron en un mar de hombres que habían quedado con Aponte en Tinder. Simplemente, todavía ninguno lo sabía.
'¿Tienes lo que se necesita para competir contra todos aquí para ganar una cita conmigo?', escribió la estadounidense, provocando reacciones de 'cállate la boca' de parte de algunos descontentos. Sin embargo, la mayoría de chicos se quedaron, solo para descalificarlos tras una 'revisión de calidad'.
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Seguidamente Aponte anunció que no saldría con nadie que 'sea un turista o no viva en este país', que se 'llame Jimmy', que 'busque solo para ligar' o es 'menos de 5'10'. 'Oh, también, sin barrigas cerveceras, sin barbas largas, sin pelo, sin pantalones caqui, sin (zapatillas) Toms'.
Una vez que redujo el número de candidatos a través de una serie de 'eliminaciones', aparentemente hizo que los hombres que no habían sido despedidos corrieran e hicieran flexiones, así como probaran sus habilidades deportivas en general.
Al final no se supo si alguno de los admiradores salió victorioso o si Aponte realmente aceptó tener una cita con el ganador. Lo que sí se sabe, es que desde entonces, la joven convirtió su cuenta de Instagram en privada, desapareció de las redes sociales y -cuando la llamaron para preguntarle de la estafa- dirigió a los medios a Rob Bliss Creative, una agencia de vídeos virales.
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