Crímenes

Caso IHSS: Las orgías de un doctor

25.02.2017

Tegucigalpa, Honduras
Cuando leemos los cuentos de Mario Zelaya Rojas -cabecilla del fuerte atraco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS)- al decir que “Los Tetos” pagaron por arrestarlo, quiere vernos la cara de tontos a sabiendas que todos hacían millonarios trinques por debajo de la mesa y, luego, al calor del brandy, tenían grandes orgías con chicas prepago rozando el tubo.

Zelaya Rojas, quien se mostró soberbio en su cargo, parece no recordar qué galán ligado al fraude le presentó a su polola, la chilena Natalia Ciuffardi, por la que perdió los estribos viajando por el mundo, hospedándose en los mejores hoteles con dinero de los asegurados. ¿Te acuerdas del trapecio en el bar? ¿Del carro blindado en que la cargabas?

Bandoleros
Las apariencias engañan a cualquiera. Así puede ser el “doctor porno” junto a todos los bandidos de traje, con tetas o sin “Tetos” que descalabraron las finanzas del IHSS por puro e insaciable apetito de robar frente a un presidente (2010-2014) que injustamente sigue calladito y libre tras cantar el robo del siglo. Ni para pepes dejaron. ¡Groseros!

¿Recuerdan Planitum? Es el antro donde se colgaron del caño con sus mozas. Mientras Marito enmudecía con el tango irresistible de la Ciuffardi, “El Teto” y su “Chino” lo coreaban. Fiestas aquí y allá. Los lugares: Honduras, Panamá o Chile a costillas del Seguro Social. Ansiosos los muchachos. Chupe que chupe todos hablando de “comprar” píldoras.

Casi cuatro años peinándose más de siete mil millones de lempiras y el de La Empalizada nunca supo, según dijo, de la paliza dada a los enfermos. ¡Qué infamia verlo pasearse por Estados Unidos, donde odian a los corruptos mundiales! Mario Zelaya acusó que “Los Tetos” lo vendieron en Nicaragua, pero la torta la trozaron entre todos en las mieles del poder.

Rumba
Lo que olvida el exfuncionario es que se chifló por la chilena, a quien la mimó desde el Toncontín en carro blindado y seguridad privada hasta hospedarla en un hotel cinco estrellas de la capital, donde hacía los siete quiebres a puro dinero del IHSS. Ni él ni “Los Tetos” ni nadie de los aliviados con millones pueden obviar lo solapados que son.

Zelaya -el del Seguro Social y no el otro ladrón de Olancho- aseguró en uno de sus varios alegatos ante el juez que la empresa de ?Los Tetos” es de “maletín”. Si es una “compañía fantasma”, ¿cómo le firmó a diestra y siniestra contratos que superan los 20 millones de dólares? ¿Saben por qué bancos lavaron tanto dinero?

Los millones robados mediante compras infladas no solo los fraguaron en política sino en mansiones, edificios, terrenos, autos de lujo, lanchas y constantes orgías con chicas de Centroamérica y América del Sur. ¿Recuerdan las colombianas y las “ticas” con quienes amanecían en sus apartamentos de lujo en San Ignacio? ¿Tan borrachos andaban?

Consorte
De cuatrocientos investigados por el Ministerio Público solo veinte están presos. El novio de “La Palillona” está cerca de Honduras, pero nadie lo ve. De repente y andan en campaña política.

El yerno de una conocida abogada está untado en el fraude y mejor escapó dejando sola a su guapa mujer. A otros, como Zelaya, sus damas los abandonaron por mujeriegos.

El caso del IHSS es muy peculiar pues en cada saqueo o sobrevaloración de diversos productos siempre estaban de por medio damas o lindas mozas que sirvieron para lavar fortunas.

Extraño que en la Fiscalía tomen como “testigos protegidos” a varios perversos (as) a quienes la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) no logra ubicar. ¡Qué novelón!

Flojo

La estafa al IHSS no es el único acto de corrupción en Honduras, pero si caen los gatos deben capturar a las ballenas que pasan por las barbas de las autoridades y nadie las mira. El caiga quien caiga del presidente Juan Orlando Hernández Alvarado se está quedando en deuda y en duda frente a la población.

El señor Óscar Chinchilla tiene en sus manos el crédito o el descrédito de su labor. Si el hombre no actúa habría que preguntarle si es miedo, cautela, cariño, flojera o amor a la chamba porque sus hechos distan mucho de lo que tanto se ufana. ¡Muchas bendiciones para ustedes!