Crímenes

Un festival de teatro que une a Centroamérica

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01.04.2017

Tegucigalpa, Honduras
El Festival Internacional de las Artes Escénicas Bambú no solo es un encuentro de talentos, sino también de hermandad, amistad y unidad, aderezado con una buena dosis de locura.

Sí, locura, porque para realizar un evento como este, que no tiene precedentes en el país, se ocupa mucho dinero y eso es lo que menos tiene el Grupo Teatral Bambú.

Hace 27 años, este equipo de teatreros decidió celebrar su pasión por el teatro con un festival que primero fue nacional y luego internacional, y que por su relevancia se ha posicionado a nivel centroamericano.

Luisa Cruz, actriz y directora de Bambú, dijo que si les preguntan cómo realizan el festival, su respuesta es que no lo saben, “¡estamos bien locos!”.

Y es que donde otros ven obstáculos, ellos ven oportunidades, y donde otros ven fronteras, ellos ven una región unida por el amor y pasión por las artes escénicas.

El XXVII Festival Bambú inició el pasado lunes 27 de marzo y finalizó ayer 1 de abril. Durante la semana se ha vivido una intensa actividad de teatro, música, danza y magia, donde el público capitalino de todas las edades ha tenido una jornada de sano entretenimiento en diferentes recintos como el Teatro Nacional Manuel Bonilla, el Teatro Padre Trino y Bambú Centro Cultural.

Los invitados

Grupos y artistas de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica llegaron a Honduras para ser parte de esta edición del evento donde la risa ha tenido un lugar privilegiado.

El lunes, el Grupo Teatral Bambú inauguró el festival en el TNMB con la obra “Temblad gigantes del mundo”, dirigida por Karla Núñez. En ella los protagonistas Don Quijote, Sancho Panza y Miguel de Cervantes se ven metidos en una serie de enredos que hicieron reír al público; una historia donde el autor de la obra cumbre de la literatura española se mezcló con los personajes de su ficción y donde la cuarta pared desaparece para que los actores logren una mayor interacción con el público.

El martes fue una jornada de danza con el Ballet Nacional Folclórico Garífuna, que en el Teatro Padre Trino compartió con los estudiantes la expresión artística de la danza marcada por su cultura. Por la noche Bambú Centro Cultural reunió a los invitados centroamericanos en el mismo escenario, en una presentación de cuentacuentos, magia, stand up comedy e improvisación.

El jueves, viernes y sábado los actores invitados desarrollaron sus shows por separado en los diferentes recintos, culminando así un Festival Bambú que por lo visto está lejos de desaparecer, aunque la falta de dinero para hacerlo sea una amenaza de todos los años.

“No podemos decir que hacemos solos la cruzada, no. Nos acompañan otra fila de generosos ilusos como los artistas, que venidos de cerca o lejos nos regalan su arte sin pago de honorarios; nuestros edecanes, todos voluntarios y bien locos, pero son nuestro apoyo en todas las salas, en todas las funciones, atendiendo con esmero a los artistas y colaboradores; los técnicos que hacen posible las presentaciones y ese querido público que se une a apreciar los espectáculos”, dijo Cruz.

En un país como Honduras donde el apoyo a las expresiones artísticas sigue siendo una tarea pendiente, el Festival Bambú es una buena muestra de lucha y perseverancia, y aunque no sea una actividad económicamente rentable, “lo disfrutamos y lo sufrimos con una extraña pasión”, expresó la actriz y directora.