TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las heridas por el fatal 28 de junio de 2009 -al caer el agreste Manuel Zelaya Rosales- siguen abiertas manando más odio entre miles de víctimas inocentes y ciegas en su propia barbarie.
Con una nación sacudida por hilo de líos, los mandos se hacen los locos. Insisten que el caos es culpa de los otros con quienes mantienen un intenso y tonto circo.
“Tu madre”... “No tuve”, se gritan deslucidos.
En dimes y diretes pierden el crucial tiempo. Realzan asistir o no a una Cumbre de las Américas, otro refugio de labiosos, de zurdos y diestros siniestros, raros e inútiles de seso.
Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), instó a “terminar con la pobreza, la discriminación y la violencia” viviendo y hablando, igual que los de aquí, a lomos del atraso.
Todos cacareando lo mismo. De “luchar contra la corrupción, buscando crecimiento económico”, ¿de nosotros? ¡No! Del bolsillo de todos ellos sentados, parlando con los corruptos de “respeto a la democracia” pateándola y de la dignidad del trabajo con estampida de pobres hacia Estados Unidos por falta de puestos laborales y rematados por las pandillas.
En una cita donde todos hablan de pobreza sin conocerla, la miseria ronda en cinco de cada diez nidos hondureños.
Unos no pagan energía eléctrica porque no la tienen y otros se la roban gritando rectitud.
Aquí tenemos en la cumbre el precio de los carburantes, de los víveres y una inflación constante que cierra pequeñas y medianas empresas con saldos desastrosos.
CAOS
En esta cumbre de sinsabores, políticos de un bando y de otro nos desvían con pleitos vacíos donde afloran, además, faldas y expulsiones por no caminar, hablar ni roncar al tono del trono. Hay teatro para rato.
Para alegría de miles y dolor de muchos, JOH ya está preso esperando un duro tormento, mientras ustedes, los del poder y sus rivales, agudizan los serios aprietos financieros de la generalidad, harta de que unos y otros se culpen mutuamente del chorro de aprietos y nadie resuelve más que sus mezquinos intereses.
Exigen castigar podridos liberándolos según el color partidario y el tipo de cliente. Igual que todos, ladran en la llanura y se nublan en la llenura. El fisco en pedazos, el país y sus vitales ciudades hechos trozos y ustedes nos salen con pleitos de cantina.
Claro, se valen de la extrema incultura del gentío haciéndole creer que todo lo hacen “por su bien”, que son “luz” en lo torcido por otros, pues solo ellos (as), menos yo, andan y hacen todo derecho, cristalino, preciso, así sea un chorizo de mentiras pintadas a sus caprichos.
“JOH es un ilegal”, decían sentados con él. “Redondo está ilegal” y sesionan con él, se abrazan y se acostumbraron a él. ¡La misma paja!
PILLOS
Los que se fueron se lavan las manos de sus pillerías recién pasadas y ustedes se pasan el manto de la pulcritud con total ingratitud. ¿Será proeza ofertar empleos, “odiar” el abuso metiéndonos el familión con igual o mayor frescura que los azules? o ¿el mamón soy yo? Dejen el palabrerío.
“Aquel cachureco metió a la mujer”, decían, y ustedes hacen lo mismo a paso de la ruina y sacando tesoros del Banco Central.
Nadie gana nada con oír sus boberías. Pareciera, léase bien, pareciera, que hasta se disputan la querida o la querida pelea la fruta en ruta prohibida y el dueño del mango no sabe cómo bajar el precio de las frutas ni de las verduras pues el alto costo del petróleo muele la frágil industria con la producción y acarreo de alimentos, o ¿vamos a vivir a lomos de farsas y lisonjas así nos rechinen las tripas?
Meras pinturas de abolir las odiadas Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) anunciando cien mil chambas para trancar el país cuando les abone. No más ley de secretos haciendo negocios a lo bandido para espiar, igual que los cachos, a sus rivales y enemigos con las famosas “escuchas telefónicas”.
Despedidos y nuevos inquilinos son más de lo mismo, recapaciten.El escenario es fértil para que mentes perversas domen las mayorías por dos tortillas. Así estén de rodillas, dirán que todo es para “rescatar el país” endosado a otro rapto.
En anarquía también se vale sin tortilla. Cuatrocientos indios de ajuste no gustan ni ajustan para saciar el hambre de millones de catrachos con lombriz porque no tienen maíz ni queso frijolero gracias a sus amos bandoleros. ¡Buen provecho!
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