TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El casto a probar solvencia penal para optar a un ansiado, peleado, mal pagado y pinche trabajo. A un político oscuro le valen fardos de pisto y un “buen padrino” para coronarse alcalde, diputado o presidente. Un total extraño salvó del ocaso al partido de un alto militar retirado y logró -a su modo- ser “El Patrón” de San Marcos, Santa Bárbara.
Un recluta de la política, pero hábil Pedro Armando Aguilar Orellana, alias “Pedrito”, “Coyote”, “Pelón” y “Piter”, entre otros, se “coló” en la tropa electiva de la Alianza Patriótica, pateando la “inteligencia” de su creador y líder, el general Romeo Orlando Vásquez Velásquez, quien no olió ningún tufo en su pimpollo para el distrito de San Marcos en los comicios de 2021.
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Aleros
Ya nada nos asusta. Una y otra vez se repite y resuena el nombre y los motes de políticos liados al mundo ruin, con énfasis en lugares limítrofes. San Marcos está a 56 kilómetros de San Pedro Sula sobre la vía CA-4. Con unos veinte mil habitantes, incluye su población flotante, se ubica, además, a unos 85 kilómetros de El Paraíso, Ruinas y Santa Rosa de Copán en frontera con Guatemala y El Salvador.
Vecino valioso al norte con Quimistán, al sur con Trinidad y San Luis, al este con Petoa y al oeste con Macuelizo, en Santa Bárbara; tiene una extensión de 219.9 kilómetros cuadrados y cuenta con veinte aldeas y sesenta y tres caseríos. Muy querido por sus habitantes, “Pedrito” saltó de la nada, cautivó votos, popularidad, ganó y celebró su triunfo de la mano de Vásquez Velásquez.
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Matón
Aguilar se ligó sagaz con hombres de varios partidos políticos, entre ellos unos diputados del occidente, por cierto, críticos de narcotraficantes, de criminales y de la corrupción. ¿Seré yo? ¡Sí! Saludos le dejaron a tu hermano varios kilos de coca incautados hace unos meses allá por Punta Cana. A “Piter” lo tallan como un edil bravucón, subido como la cerveza de pies a cabeza.
¡Increíble! Lleno de alias y nadie, ni los altivos jueces electoreros, intuyeron, ni siquiera por joder, que el hombrón era, según la Fiscalía, doble vía, de día y de noche. Hace seis años fue acusado de matar a su suegra Santos Ángela Alvarado de 62 años de edad y a sus cuñados Marlen Anabel y Edgardo Salomón Luna, hecho acaecido en la aldea Santa Rosita de San Marcos. Quedó libre. El vital testigo del crimen voló. Ja, ja, ja.
Su esposa huyó sin rumbo, harta e indefensa de sus ultrajes y podría ser de sumo interés para esos domos sin clase en indagar el perfil de galanes con careta de políticos para hacer mil picardías desde el poder municipal, Legislativo, Judicial y Ejecutivo. Orellana, a lo coyote, se parapetó en las filas de Vásquez Velásquez. Le castró su astucia castrense, lo cautivó y lo pasmó. Su único gane evitó el fin de la Alianza Patriótica. Qué cosas, ¿no?
Capos
Entre enero y junio de 2019, alias “Pelón” fue señalado de matar a María del Carmen Castellanos Fernández, Kevin Ariel Ruiz Ramírez, Guadalupe Milla Claros y Óscar Humberto Ramírez Altamirano. Por estos delitos fue apresado y sacado de su casa con visibles (no legibles) tatuajes en su pectoral y antebrazo derecho. ¿Dónde está la “política limpia” y la “justicia electoral”? Con semejante historial. En cambio, de premio, por limado y no por taimado agitó el polvo político al son del general enemigo de lo ilícito.
Hoy, Vásquez Velásquez intima con unos cronistas y políticos que antes lo acusaron de “asesino” tras el golpe de Estado a su pana “Mel” Zelaya Rosales. Así anda el sistema maloliente del país donde “el delincuente y golpista soy yo”. ¿Verdad, Romeo?
El tema de Aguilar es pasmoso e inédito. Con telón tétrico, robó aplausos y el sobretodo de cortes electivas que ni en sueños vieron sus huellas. Del zoológico Joya Grande a ser alcalde gracias a los cachiros Javier y Devis Leonel. “Javier ya no está acá con nosotros... ya no es amigo de nosotros, se lo llevaron los gringos”, gimió don Adán en Colón donde recién cayó otro “patrón”. “Soy inocente”, dijo Midence, el primo cachiro soñando lo salve su pico.
“Pedrito”, culpable o no, más penoso es el enredo de los mandos. “Pueblo chico, infierno grande”, reza un refrán.
“El Patrón”, de Colombia a San Marcos, cualquier afín con el feroz narco Pablo Escobar es mera casualidad. ¡Besitos a Sergio, por favor!