TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La justicia estadounidense sigue demostrando, hasta ahora, ser infalible, intratable y severa contra todo tipo de forajidos hondureños que por décadas se liaron al narcotráfico, lavando fortunas sucias abrigados por botas de policías y militares. Todo chancho tiene su fin. La ruina de poderosos seguirá. Tronarán con Donald Trump.
Inimaginable corrupción perpetrada por “dilectos” financieros y tragones en burocracia. Son noticia mundial, el estreno más viral de que uno tras otro será aplastado paso a paso frente a la firmeza norteamericana que persiste incesante contra estos forajidos. Apenas llegan a juicio no paran de cantar.
Kilos
Chorro y medio de delitos sobre una “clase política” petulante, empotrada en cubos. Ideó fechorías no solo haciendo transes con diversos gobiernos sino liándose con capos de la droga. Con razón sus raquíticos fondos crecieron de forma loca si tomaron la nación de monigote. La cedieron para el aterrizaje de toneladas de cocaína. ¿Correcto?
La “visita” cordial de marines estadounidenses sigue dando efectos precisos. Ya verán cuando se active el aeropuerto internacional en Palmerola, Comayagua. Aquí, de una forma u otra caerán esos creídos de limpios que en el pasado metían el polvo por doquier vigilado por unos oficiales de la Policía y del Ejército amigos de empresarios y políticos.
Informes en poder de los “gringos” confirman que en los últimas cuatro jefaturas (de 2004 a 2015) dos grupos de narcotraficantes mantuvieron hegemonía en vastas zonas del litoral atlántico, occidente y noroccidente adoptados por “hombres de negocios” que poco a poco son embarrados por los capos de cerro. Su derrumbe nomás inicia.
Interesados (as) en saber si capos agrestes los quemaron por el imperio, favor llamar o contactar al juez estadounidense Liam O’Grady. El los sacará de todo tipo de dudas del embarre total de galanes que aquí no quiebran un plato. |
Pandillas
Por la desarticulación fresca de sus cabecillas se perpetraron muertes violentas, sistemáticas de conocidos políticos. A uno lo dejaron cuadripléjico en un confuso incidente. Lo sacaron de la butaca y lo dejaron en silla de ruedas de por vida. Ninguna autoridad se refiere a estos crímenes de civiles ejecutados por mafias.
Los destierros de grandes no se frenarán ni así toquen las puertas del infierno.
Los bandoleros de traje, en sillones o industrias no deben olvidar que los prisioneros por el norte han logrado y seguirán ganando reducción de penas a cambio de quemarlos. ¿Recuerdan al chapín José Manuel López Morales, alias El Che, mano derecha de Los Valle y enlace de Los Cachiros? Este hombre pasó droga de Colón a El Espíritu (tierra copaneca) hasta llegar a México por puntos policiales. En pinches camionetas y aeronaves.
Carga
Hasta 2,500 kilos de cocaína disparó de Honduras para colmar apetitos de grandes. Habló de más de cien millones de dólares por el trasiego de coca camuflada en camiones para llevar maquinaria (lowboy) pesada, además de vagones tipo jaula para ganado. Olvidaron a Arnulfo Fagot Máximo, muy conocido en la comunidad de Francia, Tocoa, Colón.
Ojalá no les falle el coco de cómo varios de ustedes cruzaban desde Tocoa hasta El Espíritu. La coca rozó trajes, botas y encajes, de eso no cabe duda alguna. “dios” los ampare.
Así piensa...
Hojas. José López Morales confesó a la DEA que en varios cuadernillos están los nombres de numerosos personajes catrachos que recibieron billete del narcotráfico a través de fuertes envíos desde Guatemala y México.
Cofre. Otros informes indican que en barcos cargados con alimentos escondieron droga varios carteles del país, entre los que sobresalen Los Cachiros y Los Valle. Ciertos diputados tienen los pliegos y no sueltan prenda.
Coros. “Tengo cientos de personas en mis libros de contabilidad con más de mil páginas. Fueron desenterrados para aclarar cualquier problema o pregunta que podría haber surgido”, reza uno de los coros del chapín.
Lavandería. Fuertes de la política y el mundo empresarial hondureño están hasta el tope en juicios estadounidenses donde se les menciona como “favorecidos” en proyectos de infraestructura a pura cocaína. ¡Papaíto!
