TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Francisco Morazán murió 21 años después de la independencia de Honduras, un 15 de septiembre.
Tenía 50 años, y tras de sí dejó una estela de luchas por la unidad de Centroamérica.
Su figura no se hizo relevante al mismo tiempo que la de José Cecilio del Valle y Dionisio de Herrera, surgió unos años después, tras la independencia.
Pero de una forma más discreta se formaban los ideales de un hombre que tampoco gozó de las posibilidades educativas de los dos próceres, sin embargo, tenía el espíritu suficientemente curioso y visionario para ser un autodidacta que alimentó su intelecto en la biblioteca de Herrera (su tío político), donde se nutrió de las ideas de la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa.
Corría el año 1813 cuando se mudó a Tegucigalpa, donde aprendió derecho civil, proceso penal y notariado bajo la tutoría de León Vásquez.
En 1823, fue síndico del ayuntamiento (fiscal de la municipalidad), donde daría muestras de su pensamiento y valores respecto al pueblo y sus causas, iniciando su lucha por la educación de los niños y niñas por igual, en esa época propuso que el Estado dirigiera la educación y no la Iglesia.
Como asistente de Dionisio de Herrera, quien fue secretario del Ayuntamiento de Tegucigalpa, Morazán entabló una estrecha amistad con el prócer, ambos compartían los mismos valores sobre la soberanía popular y la educación.
Pero no fue sino hasta 1827 que Francisco Morazán demostró cómo estaba forjado su espíritu: la mañana del 11 de noviembre, el héroe hondureño se enfrentó con sus hombres al ejército del coronel Justo Milla, que había derrocado y apresado al jefe de Estado Dionisio de Herrera.
Esta sería la primera acción bélica de Morazán en defensa de Honduras, conocida como la Batalla de la Trinidad, que ilustra el billete de cinco lempiras.
Morazán fue presidente de la República Federal de Centroamérica entre 1830 y 1839, y presidente de El Salvador.
Y así el héroe se moldeó entre mandatos y batallas, de las cuales ganó 22 a lo largo de su gesta libertaria, de su lucha como líder de una unión centroamericana que tuvo detractores.
Solo en 1840 fue derrotado por Rafael Carrera, que fue presidente de Guatemala por casi tres décadas.
Este 2024, el 15 de septiembre, en el 203 aniversario de la independencia de Honduras, Francisco Morazán, el hombre que defendió la ideas de la unión centroamericana, que estableció la educación laica, pública y gratuita, que introdujo la libertad de culto y la primera imprenta, y que impulsó la libertad de comercio, cumple 182 años de muerte, la que sucedió como un golpe cuando regresaba a Centroamérica en 1842 tras viajar a Perú en busca de apoyo a la causa de la República Federal.
“Sin embargo, las condiciones políticas del conservadurismo, afianzados en el poder en Guatemala, Honduras y El Salvador, impidieron una campaña militar exitosa. Regresó a Costa Rica, donde fue electo jefe de Estado y nombrado comandante del Ejército. En confusas circunstancias, entre mezclas de rencillas y traiciones, fue capturado y en un juicio sumario fue condenado a muerte por fusilamiento. El 15 de septiembre de 1842, aproximadamente a las 7:40 de la noche fue ejecutado”, detalla el historiador Albany Flores Garca.
Su voluntad fue que sus restos descansaran en El Salvador, pero esto solo se cumplió 16 años después de su muerte, cuando llega al poder en El Salvador Gerardo Barrios, quien luchó al lado de Morazán y finalmente organizó el traslado de sus restos al país que él eligió como su morada final.
