TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un estudio elaborado recientemente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y publicado en la primera página del Financial Times confirma que la pandemia del covid-19 ha reducido en promedio los salarios de los trabajadores en todo el mundo un 10%, el equivalente de US$3.5 billones (US$3,500.000 millones).
Los principales economistas del mundo de forma unánime concuerdan que la crisis ocasionada por el covid-19, así como sus secuelas, está pulverizando riquezas en todos los países del mundo y causa enorme dolor económico en 90% de la población global. Millones de personas han perdido sus trabajos, muchos de los cuales serán muy difíciles de recuperar, y millones más están a punto de perder sus casas, ahorros, empresas, fincas, pensiones y bienes.
Al escenario descrito anteriormente hay que sumarle que la deuda interna y externa de los países emergentes antes de la pandemia estaba en promedio al 55% del PIB. Hoy, los principales economistas del mundo proyectan que esta deuda oscila en promedio entre el 75% y el 80% del PIB de los países emergentes. Esta es una cifra astronómica e inmanejable para nuestros países.
VEA: Marco Antonio Madrid: La montaña más alta
Describimos la situación anterior para que estemos conscientes que la pandemia ha golpeado de una forma contundente a todos nuestros países y por consecuencia a todos sus habitantes. Muchos de nosotros hemos perdido seres queridos por la pandemia, un daño irreparable que deja heridas profundas en nuestros corazones. En lo personal, los abuelitos de mi querido yerno Mike y el hermano de Francisco Zúñiga, nuestro presidente en Vida y Éxito, sucumbieron ante esta enfermedad.
Desde antes de que comenzara la pandemia he venido escribiendo y promoviendo pensamientos, ideas y planes concretos que ayuden al desarrollo y prosperidad de nuestros países y pueblos. En este artículo expondremos la enorme importancia de que un país tenga una base industrial sólida, dinámica y sostenible.
Numerosos estudios demuestran las enormes bondades y contribuciones que ofrece el sector industrial a la economía de un país cuando existe una situación de normalidad. Queda más que demostrado que existe una alta correlación entre los estándares de vida de la población cuando existe una fuerte base manufacturera en el país.
Esto se debe a que una base manufacturera fortalece la educación, el entrenamiento, la tecnificación y el desarrollo del capital humano en carreras como la de ingeniería, ciencias, salud y medicina, además de bases de conocimiento y capacidades en técnicas de diseño y operativas, procesos avanzados y tecnología.
ADEMÁS: Modernidad y posmodernidad: las claves de un debate
A lo listado arriba sumemos que una fuerte base de manufactura brinda enormes contribuciones positivas en temas macroeconómicos, como la creación de empleos directos e indirectos, el efecto positivo en la balanza de pagos y en la inversión en obras de infraestructura.
El efecto en temas de recaudación fiscal también es enorme, generalmente la industria de manufactura es una gran contribuyente y recaudadora de impuestos sobre la renta. La retención sobre dividendos que ofrecen a sus accionistas provee recursos directos al Estado vía impuestos.
De enorme importancia es la consideración que, además de generar utilidades para su industria, conlleva utilidades para industrias adyacentes. Esto es crítico para la generación y el crecimiento de riquezas del país y permea de forma más equitativa en su población.
Honduras, país aliado de EE UU
Nuestros países, y en específico Honduras, gozan de una posición privilegiada para atraer centenares de empresas norteamericanas que buscan diversificar de forma urgente su cadena de suministro debido al conflicto entre Estados Unidos y China. Como es conocido, la administración del presidente Trump ha incrementado de forma sustancial los impuestos de importación de más de US$370,000 millones de productos chinos.
De igual importancia, la administración Trump sancionará a las empresas estadounidenses que producen bienes en China y los venden en Estados Unidos. El candidato presidencial Joe Biden ha propuesto como tema de campaña electoral imponer un impuesto al día siguiente de asumir la presidencia de Estados Unidos -en caso de ser elegido- equivalente.
Todo esto nos indica que gane quien gane la presidencia de Estados Unidos el 3 de noviembre, por los próximos cuatro años la política exterior tanto de los republicanos como de los demócratas será traer los trabajos perdidos a China de vuelta a Estados Unidos y a los países aliados que están cerca de las costas de este país.
LE PUEDE INTERESAR: Celso Flores: La otra dimensión del paisaje
Por décadas, Honduras ha sido el país favorito de Estados Unidos en Latinoamérica por muchas razones: primordialmente por el enorme cariño que la población hondureña le tiene al pueblo norteamericano, hoy más unido que nunca por la enorme diáspora hondureña que reside en los Estados Unidos. Además, Honduras goza de una posición geográfica privilegiada.
Todo esto conllevó a que la administración Trump, a través de la U.S. International Development Finance Corporation (DFC) firmara en julio de este año, un Memorándum de Entendimiento donde este banco de fomento del Gobierno de Estados Unidos se compromete a invertir US$1,000 millones en Honduras en los próximos tres años. Esto es el equivalente de 24,000 millones de lempiras.
La firma de este Memorándum de Inversión entre la DFC y el Gobierno de Honduras es vital para la reactivación de la economía de la nación centroamericana, ya que dará los recursos necesarios para el desarrollo de proyectos de infraestructura, salud, educación, así como la apertura de centenares de fábricas, las cuales ayudarán a la industrialización del país, lo cual conlleva enormes beneficios al país y sus habitantes como hemos demostrado en este artículo.
Claves para llevar a la realidad el pacto con el gobierno de EE UU
La clave para que este Memorándum de Inversión con la DFC se vuelva una realidad incluye que el Gobierno Nacional de Honduras se responsabilice en mantener y hacer cumplir un sistema legal y regulatorio justo e incorrupto, reglas claras para todos los inversionistas, un sistema de salud adecuado, código de impuestos justo y regulaciones que apoyen la creación de trabajos vía la industria, incluyendo la protección contra importaciones de países que hacen dumping social de productos.
Esto es clave y necesario para que existan los fondos y los recursos en un proceso de fortalecer la industria manufacturera en Honduras, lo cual contribuirá enormemente al beneficio del país y de su pueblo.
VEA TAMBIÉN: Artículo de Jorge Restrepo: Equidad