TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Eric Cantona es un exfutbolista que jugó entre 1983-1997 y en ese lapso levantó copas en su natal Francia y en Inglaterra, sobre todo con el Manchester United de Sir Alex Ferguson. Hizo goles memorables, declaraciones polémicas y la famosa agresión (una patada voladora) a un hincha xenófobo que acaparó titulares.
Cantona fue uno de los mejores futbolistas franceses del siglo XX, es una leyenda del Manchester United e ídolo de miles de fanáticos por su magia con el balón y su carácter rebelde dentro y fuera del campo.
De Alex Ferguson a Ken Loach
La transición de Cantona del fútbol al cine inició en 1995, durante la suspensión que le impusieron por la agresión, al debutar en la comedia “La alegría está en el campo”. Tras su retiro del fútbol en 1997, inició de lleno su carrera actoral.
La película más famosa en la que actuó fue el drama histórico “Elizabeth” (1998), una superproducción británica que ganó un Oscar, varias nominaciones y millones en taquilla; en dicho filme interpretó a Paul de Foix, un poderoso arzobispo.
A lo largo de 24 años participó en más de 30 filmes, entre cortos, películas para TV y largometrajes de distintos géneros; protagonizó producciones de Reino Unido, Francia y Croacia; actuó junto a referentes como Cate Blanchett, Michel Serrault, Carmen Maura, Daniel Auteuil, Mónica Bellucci e Isabelle Adjani; y fue dirigido por cineastas como Jean Becker y Ken Loach.
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Un cineasta antisistema
Kenneth Charles Loach, que el pasado 17 de junio cumplió 83 años, presume una vasta filmografía donde el realismo socialista británico en su seña de identidad. Sus filmes son críticos del sistema, sus protagonistas suelen ser gente de clase obrera en apuros, revolucionarios, intelectuales, indigentes, sindicalistas, entre otros disidentes o víctimas del statu quo.
Loach es de los pocos directores que han ganado dos veces la Palma de Oro del Festival de Cannes y de los poquísimos que se rehúsan a formar parte del establishment de Hollywood.
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El disidente imaginario
Looking for Eric es un filme de dos horas donde el drama familiar se matiza con un cáustico humor británico y con destellos de fantasía, algo raro en el cine de Ken Loach.
El protagonista es Eric (Steve Evets), un empleado de correo con un trabajo rutinario, padre de dos hijos que no le hacen caso y que teme que estén involucrados en actividades delictivas, vive separado de su esposa por su incompetencia y sus amigos solo lo llaman para beber y ver fútbol.
Eso sí, es fanático del Manchester United, y en especial de Eric Cantona, de quien tiene un póster gigante en su habitación. Una noche que fuma marihuana y le cuenta sus problemas a su ídolo pegado en la pared, de pronto, Cantona se le aparece en carne y hueso y, como si se tratara de su amigo imaginario, le escucha sus conflictos internos y le ofrece su filosofía de vida dosificada en tips para que salga de ese estancamiento existencial.
En cada reencuentro, Cantona evalúa el progreso de Eric. Pero, como en los filmes de Loach, siempre ocurre algo que altera bruscamente el progreso personal, y soluciones inesperadas (imperdible la “Operación Cantona”).
Y así finaliza esta serie de cuatro entregas sobre el fútbol retratado por el cine de autor.
