TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Luis Lezama Bárcenas (Tegucigalpa, 1995) se ha convertido en un nombre fijo en los recuentos de la narración breve en Honduras. Del laureado “Ni hermosos ni buenos” hasta su reciente “Como todas esas veces”, su relato corto se hace grande.
Su producción literaria se centra fundamentalmente en los cuentos y relatos, que van surgiendo —según él— “de encontrar una palabra, frase o acción que encierra una luz secreta y verdadera”.
En sus escritos nutridos de significación, intensidad y tensión, Lezama reivindica el papel de la escritura como catalizadora de la realidad y, en su defecto, como desconfiguradora de la misma.
Hace nueve años, en 2013, publicaba su primer libro, un poemario titulado “El mar no deja olvidar” (2013). Tres años después, en 2016, el Gobierno de Colombia y la Fundación Gabriel García Márquez le otorgaba el primer lugar y la Medalla Gabriel García Márquez en el Concurso Internacional de Cuento Ciudad de Pupiales por su cuento “Bañar al bebé”.
En este punto ya había fijado los cimientos de su obra. En 2020 —a cinco años de haberse mudado a Buenos Aires, Argentina, donde aún reside—, un jurado integrado por el escritor y Premio Cervantes Sergio Ramírez, el editor Juan Casamayor, la escritora Socorro Venegas y Claudia Neira Bermúdez, directora del Festival Centroamérica Cuenta, le otorgó por decisión unánime el VIII Premio Centroamericano Carátula de Cuento por su cuento “Ni hermosos ni buenos”, convirtiéndose hasta ahora en el único hondureño en hacerse del reconocimiento. Junto a él, el género se revitaliza .
“Me arriesgo a afirmar que va a ser —y en cierto modo ya lo es— un escritor con todas las letras”, ha dicho Liliana Heker, Premio Nacional de Literatura Argentina (2018).