Tegucigalpa, Honduras
Cuando uno mira a Mauricio Kawas a los ojos existe esa extraña sensación de estar viendo a la persona que burla las aduanas de la diplomacia, pero que es un diplomático por excelencia...
Camisa negra. Pantalón de mezclilla. Anteojos modernos que no tienen por qué disimular las patas de gallina. Seguro. Muy seguro. Abre la botella de vino y se sienta con TicTac a hablar de su vida después de... después de un estudio de televisión, de una cabina de radio o de un explosivo tuit.
Te vemos todas las noches en la tele, pero no conocíamos esa pasión tuya por el vino, ¿eh?
Fijate que hace como tres años pasaba por acá y me llamó la atención este lugar: Vía Nova. Como muchos aficionados saben, soy Juventus y apoyo a la selección italiana. Pero además mi música favorita es la clásica de Antonio Vivaldi, mi película favorita es Cinema Paradiso... a mí me viene bien aquel dicho de que todos los caminos me conducen a Italia...
Llegaste al lugar perfecto, entonces.
Es que acá te encontrás un ambiente tranquilo, tienen conectadas radios italianas por Internet y después Giorgio Rastelli, su dueño, me ha ido enseñando cómo tomar vino. Vengo frecuentemente con mi esposa y mis hijos a comer un buen queso y tomarnos un buen vino.
¿Cuál es el mejor que has probado?
Habitualmente los mejores vinos son los que no cuestan mucho. A mí me gusta el vino suave y no solo italianos. Hay buen vino francés, por ejemplo, pero no soy un experto, ni loco me meto a una discusión de cosechas y esas cosas... ja, ja, ja... mejor que la aplicación Vivino haga ese trabajo: fotografiás la etiqueta y te tira toda la información, el grado de alcohol, la uva y hasta podés interactuar con otros fanáticos del vino.
¿Con qué periodista del mundo te gustaría sentarte a tomar una copa de vino, Mauricio?
Macaya Márquez. Se tiró un libro autobiográfico espectacular. Contó lo que era narrar en la época de la dictadura argentina y cómo luchaban en medio de la manipulación que hacían los militares.
Y todavía está activo en TyC Sports.
Con mucha más razón lo invitar?a a comer un asado. Soy fanático de asar a la parrilla, pero soy de los que hace todo, desde comprar el carbón, la carne, todo... hasta los espárragos. Lo hago una vez cada dos semanas en un lugar de mi casa, que está esperando todavía por Diego Vazquez y Vargas... ja, ja, ja.
¿Hacés más cosas en tu casa o llegás quemado?
Hay días que son más relajados que otros. Lunes, miércoles y viernes son los más complicados porque hago el turno completo: radio, la oficina, Radio House, Todo Deportes. Martes y jueves son más tranquilos.
La charla precisamente es un jueves y va cogiendo un tono distendido, con las camisas arremangadas. No hay cámaras de video encendidas y Mauricio Kawas ha llenado por segunda vez su enorme copa de vino, una suerte de masaje imaginario que lo transporta al lejano 1993. “Mi paso por Vica es donde más aprendí televisión, porque se arruinaba todo y tenías dos opciones: o te quedabas de brazos cruzados o te ponías a resolver”.
Era la primera vez de un muchacho que se graduó de químico farmacéutico, pero que nunca ejerció. “Ese cartón estaba a saber dónde, pero mi esposa me lo colgó en la pared hace poco. Benditas las mujeres... je, je”; era la primera vez de aquel Mauricio Kawas más carnudo que llegó a ser constante en su pasión indeleble. “Al principio le avisaba a mi mamá la hora a la que iba a salir... ya después se volvió una rutina porque en Abriendo Brecha yo presentaba los deportes”.
¿Cómo eran los nervios en esas primeras presentaciones?
Creo que tuve mucha suerte, tuve una buena guía: doña Gladys Zelaya siempre me llamaba y me decía: “Estuviste bien en esto, esta palabra la debés ir eliminando”. Mis primeros meses trabajé en San Pedro Sula y era comentarista, aunque lo que yo quería era narrar y Daniel Dávila Nolasco me daba unos minutos de vez en cuando. Pero en un partido de Petrotela en el Morazán, con unas 11 mil personas en las gradas, tuve que bajar a hacer entrevistas al mediotiempo y nadie se detuvo... de repente me quedo en medio del campo como un zopilote solitario buscando la manada. Ignorado. Tuve que mandar a la pausa. Estuvo divertido.
¿Te gusta la política? ¿Vas a votar?
Sí voy a votar. Y eso es todo lo que voy a hablar de política...
¿Sos vanidoso? ¿Vas al gimnasio? ¿Te cuidás?
Por salud me gusta mantener un peso. Me he descuidado un poco en estos últimos dos meses, pero habitualmente en la casa hago una rutina de ejercicios dos veces a la semana; obvio que la tele es imagen, pero no es de ser gordo o ser flaco, ser bonito o ser feo. Lo que distingue la tele es a las personas seguras de sí mismas ante la cámara, más allá del físico.
¿Cómo está tu ropero: lleno o flojo?
¡No! Sacos tengo uno azul y otro gris. La ventaja del varón, solo cambiás la corbata y estás bien; camisas, una blanca y una azul para el saco. Eso es todo. Y tengo un traje negro para bodas y eventos, para qué querés más. Cuando tenés cuatro hijos debés establecer prioridades... ja, ja, ja.
Contanos de ellos.
Pablo, el mayor, terminó su carrera en Finanzas y trabaja conmigo en el canal. Básicamente es mi jefe porque quien maneja las finanzas es el jefe de todos... ja, ja, ja. Después la mayor de las hijas terminó su carrera de Arte, la otra está finalizando su carrera de Letras porque quiere ser escritora y la menor que ya va para la universidad.
¿Vas al cine?
Bastante. Veo de todo menos el cine de terror, porque me parecen dos horas mal invertidas. Al cine quiero ir a relajarme no a estar tenso, por eso me encantan las sagas que se han tirado DC Comics y Marvel, excepto Batman contra Superman, un desastre. Recién fui a ver Blade Runner 2049 y si no la han visto se las recomiendo. Es una espectacular película.
Al lado de Mauricio hay una copa. Pero al otro lado hay un celular. Hoy son pocos los que pueden vivir sin ese aparato que ha provocado un tsunami de consecuencias en el mundo. “Lo que más uso es Twitter, desde fines de 2009, ya que es una espectacular fuente para informarse”.
Se está acabando un antipasto repleto de queso, jamón y aceitunas que este sampedrano de cinco décadas y un kilómetro de altura pidió a consejo de mesero. Pero las confesiones siguen.
¿Cuál entrevista te costó conseguir más?
Las de Real Madrid previo a Sudáfrica 2010. Cuando nosotros llegamos en marzo el ambiente en el equipo de Manuel Pellegrini era tenso porque empezaba el despegue del Barcelona con Pep Guardiola. Aceptaron enviarnos a dos de sus principales figuras: Sergio Ramos e Íker Casillas, pero esas entrevistas se hicieron bajo condiciones estrictas que puso el club.
¿Por ejemplo?
Que no podían emitirse hasta una vez terminado el torneo. Eran cinco minutos con cada uno y con el jefe de prensa en la puerta chequeando cada pregunta. Y no se podía hablar nada del club.
¿Y cuál es la que más te ha gustado?
Varias. Pero si tengo que elegir una tiene que ser la primera que le hice a Rafael Callejas, durante su primer período en Fenafuth. Duró una hora y fue un ida y vuelta permanente, con preguntas bastante fuertes y directas. Pero no rehuyó a ninguna y eso me gustó, que no reculó, que las enfrentó todas, aunque en algunas no me convenció su respuesta