TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La fuerte lluvia que caía en la ciudad no fue un obstáculo para que él saliera a darnos la bienvenida con la gran sonrisa que lo caracteriza. Hablamos con Marcial Solís, ministro de Educación en Honduras.
El tráfico vehicular era lento en la capital. El reloj marcaba las 6:10 de la tarde, era la hora acordada para entablar la conversación con Tic Tac. El escenario fue su residencia.
“Bienvenidos, siéntanse como si fuera su casa”.
Marcial Solís, actualmente es reconocido por ser un funcionario público, pero durante su vida se ha desempeñado en diferentes áreas, dándose el título de un “hombre multifacético”.
Ingresamos a la vivienda, nos dijo: “Tomen asiento”.
Mientras tanto, fue a buscar unas fotografías antiguas que tienen un alto valor sentimental para él, y nos las mostró de una en una.
“Un hombre valiente, persistente, perfeccionista y entregado en todo lo que hace”, con esas cualidades se describió Marcial Solís Paz. Durante la entrevista la frase que más repitió fue: “No me gusta fracasar en todo lo que hago”.
Solís es multifacético, ya que durante su vida se ha dedicado a la economía, la docencia, el canto, la ópera, la panadería, la repostería, la cocina, la pintura, la fotografía y la oratoria.
¿Qué tal fue la niñez de Marcial Solís?
Importante la pregunta, pero más importante la respuesta, yo fui un niño lector, un excelente alumno y un estupendo orador, desde primer grado siempre fui de los alumnos que estaban en el cuadro de honor por mis excelentes calificaciones.
¿Tuvo bastantes amigos en su infancia?
Como fui un niño que me gustaba leer mucho, habían momentos en que no me acoplaba con los otros niños porque yo pensaba y actuaba diferente a ellos.
¿Cuáles han sido los trabajos que más ha disfrutado en su vida?
(Se frota las manos y sonríe al recordar) Mi primer empleo fue como docente, lo que más amo; trabajé impartiendo cátedra en una universidad privada del país (Universidad José Cecilio del Valle) a mis tempranos 23 años, luego pasé a ser parte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), durante 10 años en la Facultad de Ciencias Económicas.
¿Cuándo se dio cuenta de que era bueno para la ópera?
Ja, ja, ja.... Yo no sabía que era bueno para ello, pero en una ocasión mi hermana fue a participar en un concurso para entrar a la ópera y ella me motivó para que yo lo hiciera. Me atreví como es de costumbre y sin pensarlo, fui aceptado de inmediato.
¿Cómo nace el amor por la repostería y la panadería?
(Suelta una carcajada y aplaude una vez) Es una gran historia, como me encanta probarme y retarme, empecé con una máquina que era tipo robótica donde se echaban todos los ingredientes para hacer el pan, con el paso de los años me fui arriesgando a usar una máquina manual y hacer de otro tipo de panes como ser semitas, pan blanco y, en el área de repostería, pasteles.
¿Cuál es el postre que más le gusta hacer?
Ja, ja, ja... Sin duda el pan de banano con almendras y pasas porque a mi esposa le encanta y le hago para complacerla.
¿Aparte de la repostería, qué más disfruta cocinar?
Pues te diré que soy experto en hacer todo tipo de comida, pero disfruto cocinar las parrilladas de diferentes tipos de carnes con barbacoa.
¿Cuál ha sido uno de los momentos más felices que ha vivido?
(Soltó un tremendo suspiro y fijó su mirada en una foto familiar que está en la sala) El momento más feliz que he vivido es cuando me convertí en padre.
¿Desde un inicio quiso ser economista? Volvió a suspirar y contó que se decidió por Economía, pero cuando entró a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se encontraba en una disyuntiva porque le gustaban dos carreras. La otra carrera era Derecho, porque su deseo era impartir justicia.
¿Cuándo se dio cuenta de que era bueno para la fotografía?
Siempre me ha gustado probarme y un día con una cámara que tenía empecé a tomar fotografías de los atardeceres, flores y paisajes de mi Honduras, entonces me di cuenta de que era bueno y lo puse en práctica durante varios años.
¿Qué es lo que más le gustaba fotografiar?
Cuando empecé, disfrutaba andar en Suyapa los días de la Virgen y le tomaba fotos a ancianos, porque miraba unas escenas impresionantes, por ejemplo, las caras que reflejaban mucho sufrimiento y fe.
¿Cuál era su técnica para fotografiar a las chicas?
Ja, ja, ja.. Eso es un secreto, pero te lo contaré. Yo les decía: 'Tomarle una foto a la flor es una manera de inmortalizar su belleza y tomarle una foto a una mujer bonita es una manera de inmortalizar una flor'. Al decirles eso, las chicas, felices, accedían a que las fotografiara.
¿Cómo ha sido Marcial Solís en el amor?
Soy conservador, yo me guío por valores y por eso tardé mucho en casarme la primer vez y no digamos la segunda.
Cuéntenos ¿cómo conquistó a su esposa?
(Se tapó los ojos por un momento) En el 2004 alguien me dijo que una amiga estaba de cumpleaños, entonces la invité a cenar, pero ella me rechazó la invitación, pero al siguiente día aceptó salir a cenar conmigo, en ese momento me le declaré y ella me dijo que la esperara un mes, luego aceptó ser mi novia y ahora 12 años después estamos felizmente casados.
¿Qué tal se porta con su esposa?
Soy una combinación, procuro ser el mejor amigo de ella, la veo como mi novia, siempre trato de enamorarla y cultivar el amor todos los días.
¿Cuál es el libro que más le ha impactado?
(Con un gesto de reflexión) Hay un libro que me hizo llorar y ha marcado mi vida como persona, es “La aventura de la vida”, de Eudald Carbonell, que trata sobre el por qué la humanidad ha llegado a ser lo que es, qué peligros y hechos han marcado la evolución de nuestra especie, este libro me ayudó en los momentos más tristes.
¿Cuál ha sido el momento más triste en su vida?
(En ese instante, su rostro entristeció al recordar) Tiene que ver con el momento en que me divorcié y que en ese mismo tiempo quebré una empresa donde había invertido todos mis ahorros.
¿Cómo logró salir de ese momento de tristeza en que se encontraba?
Dios. Él llegó en el momento preciso porque estaba muy mal después del divorcio. Otros en estos momentos se refugian en los vicios, yo lo que hice fue aferrarme a Dios y Él me ayudó a salir de todas las tristezas que opacaban mi vida.
¿Y en los deportes qué tal es?
(Sonríe) He practicado fútbol, basquetbol, voleibol, fútbol sala, pero en ninguno he sido bueno, ja, ja, ja.
¿Cuál es animal que más le gusta a usted?
Sin duda, los caballos son mi animal favorito, por su imponente presencia y su larga cabellera. Si yo fuera un caballo, sería indomabable.
En su oficina tiene varios adornos de caballos.
¿Cuál es la película que más le agrada?
Uy, hay tantas... Pero una que me impactó fue “La misión”, de Robert De Niro, que trata sobre la misión de unos sacerdotes jesuitas.
¿Cuál es el reto más grande de Marcial Solís?
(Suspira) Superarme cada día a mí mismo, soy mi mayor y más grande reto