TEGUCIGALPA, HONDURAS. -Desde pequeño ha profesado la fe católica. Es devoto de la Virgen del Carmen y una de sus pasiones es ir a la iglesia junto a su familia pues desde hace varias décadas ha formado parte del grupo neocatecumenal de la iglesia Salvador del Mundo de la colonia Cerro Grande de Comayagüela. En esta oportunidad, EL HERALDO sostuvo una amena entrevista con Carlos Madero Erazo, ministro de Trabajo, quien compartió parte de sus vivencias, de su vida personal y profesional. A continuación sus declaraciones.
¿Quién es Carlos Madero?
En primer lugar le puedo decir que soy originario de Tegucigalpa. Nací en el año 1980. Mi madre es de Tegucigalpa y mi padre es mexicano, por eso mi apellido Madero, que tiene
raíz mexicana.
¿Dónde cursó sus estudios?
Estudié en el Instituto San José del Carmen desde pequeño y es por eso que tengo una relación muy cercana con la Virgen del Carmen, pues también vengo de un hogar muy integrado, ya que mis padres son católicos y desde pequeño mis padres y mis abuelos me inculcaron la religión católica.
¿Qué título obtuvo en el San José del Carmen?
Allí me gradué de bachiller en Ciencias y Letras.
¿Y después dónde estudió?
Luego ingresé a la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), donde estudié mi carrera a nivel superior y me gradué de ingeniero
en sistemas.
¿Ha cursado maestrías o posgrados?
Fíjese que no me ha quedado la oportunidad de sacar maestrías o posgrados, pero siempre he dicho que me hubiese gustado ser profesor de la universidad. Lastimosamente por la vida profesional no es un tema que he podido cumplirlo y por eso mismo no he podido seguir en un posgrado, porque siempre me ha tocado trabajar fuertemente.
En el campo profesional, ¿cuál es su especialidad?
Yo soy un técnico de carrera. He estado inmerso en la parte técnica en el mundo laboral y ha sido probablemente donde me he desempeñado más. Mi especialidad ha sido en la creación de programas de empleo. Yo vengo normalmente de crear y estructurar programas que puedan desarrollar empleos para jóvenes, programas de ingresos y ese ha sido la parte donde a lo mejor me halla hecho llegar a ser secretario de Estado. La parte que más me apasiona es el mercado laboral, es decir cómo se mueven los análisis estadísticos, los impactos que tienen las poblaciones, ciertas medidas que puedan tomar.
¿Desde joven qué más le ha apasionado en la vida?
Yo siempre he sido una persona que ha estado muy metido en el tema de la Iglesia Católica. Me considero católico de nacimiento y desde muy joven mi participación en la Iglesia Católica fue muy constante. En realidad yo soy neocatecúmeno, tengo muchos años de pertenecer a este grupo de la iglesia. Y es allí donde he hecho mi vida personal y he tratado de esforzarme por llevar una vida cristiana ordenada desde pequeño.
¿No se interesó en ingresar al seminario para ser sacerdote?
Fíjese que no, pero desde muy joven estuve en cursillos de cristiandad y allí empecé. Luego pasé al camino neocatecumenal y ha sido parte de la historia que Dios ha querido tener conmigo.
¿Allí fue donde conoció a la mujer que hoy es su esposa?
Sí, allí conocí a mi esposa Melissa Borjas. Y ahora están mis dos hijos. Eso es parte de mi vida cotidiana.
¿A qué edad se casó?
Me casé de 26 años y puedo decir que tengo un matrimonio muy estable y que soy muy afortunado porque tengo la esposa más maravillosa del mundo, eso no lo puedo negar. Yo creo que mi esposa es el soporte más importante de mi casa y de mi vida.
¿Tiene acercamiento con el cardenal Óscar Andrés Rodríguez o con algún reconocido sacerdote?
Fíjese que la vida religiosa o mi participación en la iglesia la trato de vivir como un ciudadano común y corriente. Normalmente separo mucho lo que es la función pública de la vida familiar o de mis cosas personales y creo que ese es uno de los mayores éxitos que uno puede tener en la vida como funcionario, el poder separar eso y no aprovecharse de eso.
¿Dentro de la iglesia lo ven como ministro o como un miembro más?
Me miran como un miembro más. De hecho en Semana Santa, yo sigo saliendo en los dramas del vía crucis. Lo he hecho desde joven y lo sigo haciendo aunque sea funcionario público. La gente de mi parroquia sabe perfectamente quien soy y no necesitan tratarme diferente.
¿Cuánto tiempo le dedica a la iglesia?
Yo voy mucho a la iglesia con mi familia. Siempre he dicho que hay que darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Trato en la mayoría de lo posible de ir a las reuniones de mi iglesia una o dos veces a la semana y a la misa dominical. Eso no es cambiable. Es un tema que con mi familia y con mi esposa lo tenemos muy claro, que Dios es primero y en la medida que Dios es primero el trabajo es más liviano. Yo soy de los que piensa que el trabajo no puede suplantar la familia y no puede suplantar lo divino.
El trabajo es un medio que Dios nos da para vivir una vida alegre, eso es una premisa.
Aparte del trabajo y la iglesia, ¿qué más le apasiona?
Me apasiona estar con los amigos y bailar con mi esposa, es algo que lo hago frecuentemente. Realmente trato de estar con mi familia, jugar con mis hijos que están muy pequeños. Trato de hacer las actividades comunes como ir a comprar al supermercado y hacer mandados con la familia.
¿Cómo llega a ser funcionario público?
Yo tengo un agradecimiento personal con el presidente Juan Orlando Hernández. Creo que es una persona que tiene un talento para seleccionar sus equipos de trabajo y eso tengo que reconocerlo. Yo me venía desempeñando como especialista en temas de empleabilidad y en formulación de proyectos de empleo y eso es la parte más importante y por esa vía es que conocí al actual Presidente y ayudándole en los procesos de campaña. Al final, fue él que me escogió y yo estoy agradecido por eso y, sobre todo, porque Dios así lo quiso, que es lo más importante.
Como funcionario usted tiene la facilidad de conciliar, ¿a qué se debe eso?
Fíjese que yo creo que sí. Es algo que Dios se lo da a uno y tengo que reconocer que es una de las cualidades para entrar al diálogo y que las partes lleguen a acuerdos. Hasta el momento me ha funcionado bien, pero, más que aprenderlo es algo que se vive, eso es algo de lo que la iglesia más me ha ayudado a entender. La iglesia ha ido construyendo en mí una persona que pueda llegar a tener este tipo de facilidades para dialogar y hacer que las partes puedan arreglarse.
¿Como ministro cuál ha sido el tema que le ha tocado deliberar muchas horas y que ha dicho que no se va a llegar a acuerdo?
Han sido varios episodios donde me ha tocado deliberar. Aquí se viven muchas negociaciones porque el Ministerio del Trabajo es una institución que vive del conflicto entre las partes. Normalmente casi todas las semanas entre tres y cuatro días de la semana hay que estar resolviendo conflictos y mediando en conflictos. Hay conflictos que son más grandes, pero no necesariamente más complejos de resolver, que generan más tensión. Ha habido negociaciones difíciles como con los médicos, con Chiquita Brand, también con las empresas mineras y transportistas y con los indignados. En cierta medida ya estoy acostumbrado a tener que mediar con estas cosas.