TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Tres décadas después, por la cornisa de la cabina de Radio Satélite asoma un Neftaly Tábora de fácil sonrisa y saludo campechano. Ya han pasado varios años desde que doña Argentina lo parió en Santa Rosa de Copán y su anecdotario de vivencias en la emisora del pueblo bien da para escribir un libro de varias páginas...
- ¿Qué es lo más raro que le pasó en la radio?
- Aunque con esto de la tecnología se han ido perdiendo, los avisos folclóricos son los que más llaman la atención: que la esperan con la bestia con aparejo a la orilla de la carretera; que pongan a calentar el agua porque ya lleva la carne para la sopa. Y uno que nunca olvido fue este: “Marco Antonio le comunica a su familia que lo vengan a traer a la morgue porque acaba de fallecer”... ja, ja.
- Ja, ja, ja... ¿En serio?
- Sí. Nadie en la radio se fijó y el aviso se estuvo leyendo al aire. Cuando llego a mi turno me pongo a revisar y me doy cuenta que lo habían pasado toda la tarde. Cuando me acuerdo me da mucha risa... nos golearon.
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Desde afuera se le ve como un tipo ordenado. Se peina tan pulcramente que apenas y se le espantan un trío de pelos risueños en la cabeza; un par de dobleces a la manga de la camisa a cuadros grandes y muchas ganas de hablar, el eterno locutor de la popular Radio Satélite afina la garganta como lo hace un guitarrista y saca a luz todos sus secretos mejor guardados.
¿De dónde viene Neftaly Tábora, cuál es su origen?
Orgullosamente soy de Santa Rosa de Copán, puro totoposte y atol chuco... ja, ja, ja.
¿Y desde cuándo está en esto de los medios?
Inicié en una emisora pequeña de Santa Rosa de Copán que se llamaba Radio Manantial, que ya desapareció. Estuve como dos meses practicando y luego di el salto a Radio Sultana, que todavía existe y tiene mayor cobertura; trabajé durante un año poniendo música ranchera y luego me fui a Radio Santa Rosa a leer noticias, estaba chavalo, solo tenía 18 años.
A finales de 1988 me vine a pasear a Tegucigalpa y resulta me quedé a vivir acá... ja, ja, ja.
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Trabajó desde cipote...
Fíjese que mi primer trabajo fue como conserje en un bufete, tenía como 16 años. Da la casualidad que el dueño del bufete era el propietario de Radio Sultana y él me dio la oportunidad de empezar en la radio.
Pero cuénteme de su época de colegial: ¿le iba mejor con las matemáticas o con las novias?
Es que yo era tímido, imagínese un chico de pueblo... aunque sí tenía admiradoras que me escuchaban en la radio. Cuando vine a Tegus todavía era tímido, pero ya con el tiempo se me fue quitando eso... ja, ja, ja.
¿Y con los libros qué tal?
Era un súper estudiante. Imagínese que en la escuela solo saqué un 90 en los seis años, de ahí 95, 98, 100. Cuando miré ese 90 en tercer grado me preocupé bastante. En plan básico todavía seguía bien, ya después me arruiné un poquito... ja, ja, ja. En la Universidad Nacional comencé a estudiar Periodismo, saqué como 11 clases, pero después me retiré.
¿Por qué?
Me descuidé y le puse peros al trabajo, esa fue mi excusa, quizá me hizo falta los consejos de mi papá, a quien yo perdí cuando tenía 15 años; estudiaba y trabajaba y el ambiente de Tegucigalpa me consumió.
Dejó los estudios...
Por las tardes me iba a hacer días libres a Radio Televisión y de repente me dijeron que había una plaza y me quedé en Radio éxitos. Después de cinco años me llamaron a Radio Satélite, en donde trabajaba de 6:00 de la tarde a 11:00 de la noche.
¿Y le gustó el cambio de la éxitos a la Satélite?
Fíjese que sí porque en la Satélite uno trabaja con el pueblo, con nuestra gente y a mí me gusta tratar a la gente humilde, tengo ese espíritu de servicio.
¿Ha quedado sin voz?
Sí, claro, nos pasa a todos. Otras veces me he escapado de ahogar con la saliva... ja, ja, ja...
¿Lo han enamorado?
Siempre pasa. Cipotas, mujeres casadas, de todo sale. Pero yo soy bien respetuoso, aparte que ya maduré: entre los 20 y 30 años arrasaba... ja, ja, ja... pero ahora más bien termino aconsejando a las mujeres, sobre todo si son casadas. A esta altura de mi vida me he vuelto más selectivo e inteligente para tomar decisiones.
¡Uf!, “Doctor Corazón”.
Bueno, hago un programa de 4:00 a 5:00 de la tarde que se llama “Despecho catracho” y ahí me dicen “Doctor Corazón” porque doy consejos a la gente.
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¿Pero está casado?
Hace varios años que soy padre soltero. La mamá de mi hijo tenía 18 y yo 26 cuando nos conocimos en la radio: yo trabajaba en Radio éxitos y Radio Satélite rifó boletos para Los Bukis.
Cuando ella llegó a reclamarlo no había nadie y yo salí a entregárselo. De otra relación tengo una hija, que ya se casó. Me he acostumbrado a estar así y veremos lo que Dios decida... aunque a mis 51 años no niego que a veces siento la necesidad de estar con alguien.
¿A usted le gusta la música que pone en la radio?
Algunas canciones. Mire, cuando estoy en mi casa escucho música de los ochenta y noventa en inglés y español, la romántica clásica. Nunca escucho la música que pongo en la Satélite, pero sí me gusta complacer al oyente.
¿Qué hace después de la radio, Neftaly Tábora?
Soy hogareño. En la mañana cuido a mi madre, que tiene 83 años y ha tenido tres operaciones, una de ellas en la cabeza; aprovecho el domingo que es mi día libre para escuchar música y ver películas clásicas, me relajo mucho. También me gusta cocinar, me encanta hacer sopas y algunas carnes y me gustaría aprender bien.