Entre dolor, llanto e indignación, familiares y amigos velaban los restos mortales de Luís García, una de las tres personas que murieron el viernes en manos de sicarios en Siguatepeque , zona central de Honduras.
En una funeraria los seres queridos de García aclamaban justicia, en un crimen que dejó marcada a varias familias.
“Mi Hijo fue un hombre honrado y trabajador, miles de amigos dan eso seguro”, dijo doña Deysy García, madre el ahora occiso, mientras daba el último adiós a su vástago.
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Las víctimas que se conducían la tarde del viernes en un Toyota Tacoma, por el bulevar 21 de agosto fueron sorprendidos por desconocidos que dispararon en 18 ocasiones contra el vehículo.
Se conoció que un menor de siete años también iba en el automotor, junto a su padre. El pequeño se salvó de milagro y como pudo llamó a su mamá para informale que su padre estaba muerto.
Hasta el momento se desconoce el motivo de fatal incidente y los nombres de los culpables.
