Identificados como Isidro Carrillo y Ana Maritza Antúnez, ambos de 50 años de edad, los ahora occisos eran esposos y padres de seis hijos.
Las armas usadas por los atacantes eran tipo escopeta, según informaron las autoridades tras ver los casquillos en la escena del crimen. Sus rostros quedaron desfigurados tras el impacto del plomo.
Los cuerpos de los fallecidos quedaron sobre una calle de tierra por la que transitaban en la oscuridad de la noche, puesto que, en esa comunidad, después de las 6:00 de la tarde no hay energía eléctrica.
Hasta el momento se desconocen las causas que originaron este crimen, sin embargo, versiones extraoficiales apuntan a que la pelea de tierras entre familias sería una de las hipótesis.