TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El terror y las reglas de muerte impuestas por las pandillas, implícitas en su ley sin sustento alguno, volvieron a causar luto y dolor en una inocente familia capitalina la noche del lunes.
El reloj estaba a punto de marcar las 8:00 de la noche cuando varios sujetos, presuntos integrantes de una pandilla, irrumpieron en el centro de Salud de la colonia Alemania, al norte de Comayagüela.
En ese centro médico estatal se encontraban don Mario Roberto Cubas Flores, de 59 años de edad y su hijo Júnior Antonio Cubas Girón, de 30 años.
En la propia entrada estaba Júnior Antonio, contra quien dispararon hasta asesinarlo. Luego los sicarios se metieron al edificio, al localizar a don Mario lo sentaron en una silla y lo acribillaron a disparos, hasta verlo inerte.
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Tenía 20 años de ser vigilante
Los sicarios salieron huyendo del lugar, se desconoce si a pie o en algún tipo de vehículo.
Los vecinos de la colonia Alemania llamaron al 911, tras haber escuchado la ráfaga de disparos, pero los agentes del orden, tanto militares como policiales ya sólo llegaron acordonar la escena del doble crimen.
“Mario Cubas era el vigilante y su hijo Júnior estaba contratado por una planilla de corto tiempo”, detalló el doctor Harry Bock, exdirector de ese centro de salud y actual director de la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central. Bock expresó que “es lamentable el fallecimiento de un compañero de trabajo, lo conocí personalmente cuando fui director de este centro de salud, no sé qué pasó, serán las autoridades que determinen cuál fue
la causa”, aseveró.
Don Mario tenía 20 años de laborar como celador en el centro de Salud de la colonia Alemania y su hijo había sido contratado temporalmente para ejercer la misma labor.
Pudo ser por su trabajo
EL HERALDO conoció que Júnior Antonio en el día trabajaba en el área de mantenimiento de donde antes funcionó la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAM), en la colonia 15 de Septiembre, edificio en el que ahora funciona la Escuela de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia (DNII).
Por tal razón, las autoridades de investigación indagan si el motivo del ataque que dejó las dos muertes se haya debido a una represalia por parte de los pandilleros al saber que el joven laboraba en un ente de seguridad de Estado, creyendo que este podría delatar sus
movimientos ilícitos.
“Esto no tiene ninguna razón”, manifestó entre lágrimas doña Reyna Girón, madre de Júnior y esposa de don Mario Cubas.
Se presume que quienes habrían ejecutado a padre e hijo sean miembros de la pandilla 18, quienes tienen el control de colonias como la Alemania, Las Pavas y La Laguna, en esa zona de la ciudad.
Los cuerpos fueron retirados la tarde del martes de Medicina Forense y llevados hasta un sector cercano al valle de Amarateca, donde serán sepultados. Los familiares expresaron que aunque sepan quienes lo hicieron, se lo dejan todo a Dios.