Doña Odilia Mondragón crió a su nieta, Frania Odina Mondragón, desde que tenía tres meses de vida, por lo que más que una nieta la considera su hija.
La señora relata que su nieta se fue a vivir a Tegucigalpa cuando tenía 13 años y ahí residió junto a otros familiares, pero nunca se olvidó de ella.
'Era una muchacha alegre, siempre me llamaba y para el Día de la madre siempre me visitaba', recuerda doña Odilia, al tiempo que seca sus lágrimas con una toalla que carga alrededor del cuello.
Origen humilde
A pesar de vivir lejos y de no tener mucho dinero, la señora de avanzada edad recuerda a Ondina como una nieta que siempre le ayudó económicamente.Debido a que la joven era un pilar importante para el sustento de la familia, la abuela lamenta no tener los recursos económicos para velar y enterrar a su nieta como a ella le gustaría, incluso les tocó pedir prestada una casa vecina para realizar el velorio.
Impunidad
Cleofás Castejón Bardales, el hombre acusado de haber descuartizado a la joven madre ya fue detenido por las autoridades, quienes aseguran que él mismo
confesó su crimen.
'Dicen que hay justicia pero yo no sé si es cierto' dice cabizbaja la señora, cuando se le pregunta por el asesino de su nieta.
'Pero yo pido que se haga justicia, porque a veces dicen que están presos y cuando menos acuerda uno ahí andan libres', dijo indignada.
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Por otra parte, el asesino no solo acabo con la vida de la mujer de 32 años, sino que también deja a dos adolescentes sin madre, a quienes doña Odilia deberá ayudar a criar tal y como lo hizo con la joven asesinada.