TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Una pelea entre dos jovencitos habría provocado el enojo de presuntos pandilleros en una zona de la capital, lo que derivó en el asesinato de ambos.
Después de recibir sus clases en la jornada nocturna del Instituto José Pineda Gómez, en la colonia La Joya, José Manuel Aguilera Cruz (20) y varios de sus amigos decidieron ir a jugar una potra a la cancha de usos múltiples de dicho vecindario, a unas cuadras de su colegio.
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Todo iba con normalidad, hasta que comenzó una fuerte discusión entre José Manuel y el adolescente Kevin Alberto Matamoros Colindres (16). Una lucha entre ambos desató gritos y un bullicio que se escuchó en gran parte de la zona, ya que pasaban las 9:00 de la noche.
A los pocos minutos de haberse suscitado la riña, un vehículo llegó hasta la cancha donde estaban jugando fútbol; de él se bajaron varios sujetos armados y subieron a los dos muchachos antes mencionados.
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El carro salió de la colonia La Joya a una considerable velocidad ante la mirada impávida de los demás jóvenes que jugaban a esa hora de la noche.
En minutos estaban muertos
Alrededor de las 9:45 de la noche, una llamada al 911 alertó sobre la existencia de dos cuerpos tirados a la orilla de la calle que conduce hacia la colonia Villeda Morales y con rastros de sangre, como si estuvieran heridos o muertos. Agentes policiales se desplazaron para corroborar lo denunciado, constatando la veracidad de lo informado.
Se trataba de José Manuel y Kevin Alberto, los dos jovencitos que habían sido raptados minutos atrás en la colonia La Joya de la capital.
Los cuerpos presentaban múltiples heridas de arma de fuego y en la escena fueron encontrados proyectiles sin percutir de los utilizados en fusiles y en armas cortas.
Los dos cadáveres fueron levantados por las autoridades correspondientes y llevados a Medicina Forense.
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Ayer, en horas de la mañana, parientes de ambos muchachos llegaron hasta la morgue para reconocer los cuerpos de los desaparecidos, y en efecto, con pesar confirmaron que se trataba de ellos. Se presume que habrían sido ejecutados por pandilleros, que en el afán de que la zona donde se dio la pelea no fuera objeto de un operativo policial o que “se calentara”, como dicen en su argot, raptaron a los jóvenes para imponer sus reglas.
