DANLÍ, HONDURAS.-Unos creen que se trata de un rito satánico, que es algo maligno, sin embargo, nada ha sido esclarecido dentro del seno de un hogar danlidense.
Desconocidos se introdujeron en una humilde vivienda ubicada en el barrio El Carmelo, para extraer de ella a una infante de tan sólo 20 días de nacida.
Al cabo de unas cinco horas, la niña fue hallada en una cama del cuarto de la cuñada de Rubenia. La mujer le dio de amamantar y la volvió a acostar, pero sólo pasaron unos minutos y la infante comenzó a llorar de forma airada.
A todos en la casa les pareció extraño y desnudaron a la tierna para ver qué era lo que estaba pasando, descubriendo algo horroroso. En el pecho tenía la leyenda “Sos mía perra, gata”, escritas con una tinta color rojo, que cubría todo su pecho y abdomen.
Además, en una de las paredes de la casa grabaron con el mismo color el escrito de “se van a morir todos”.
La suegra de Rubenia contó que “ella se desmayó cuando yo me puse a orar y le pregunté que cómo se llamaba y me dijo que se llamaba Anabel, a ella se le encarnó el espíritu malo, entonces le dije: Anabel, te vas ahora mismo de este lugar”, narró la mujer. La bebé estaba bien físicamente, pero el hecho causó conmoción en Danlí.
Desconocidos se introdujeron en una humilde vivienda ubicada en el barrio El Carmelo, para extraer de ella a una infante de tan sólo 20 días de nacida.
Horas después de ser privada de su libertad, la recién nacida fue encontrada nuevamente dentro de una de las habitaciones de la casa, sin que nadie viera quién la dejó allí, pero venía con una leyenda extraña en su cuerpo, marcada con tinta color rojo.
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Narración de los hechos
“Estaba dándole de amamantar a ella, se me durmió y la fui a acostar, de ahí me fui para la cocina porque iba a asear; cuando vine al cuarto ya no estaba, empecé a buscarla en todos los cuartos y no la hallamos”, relató Rubenia Izaguirre, madre de la menor.Al cabo de unas cinco horas, la niña fue hallada en una cama del cuarto de la cuñada de Rubenia. La mujer le dio de amamantar y la volvió a acostar, pero sólo pasaron unos minutos y la infante comenzó a llorar de forma airada.
A todos en la casa les pareció extraño y desnudaron a la tierna para ver qué era lo que estaba pasando, descubriendo algo horroroso. En el pecho tenía la leyenda “Sos mía perra, gata”, escritas con una tinta color rojo, que cubría todo su pecho y abdomen.
Además, en una de las paredes de la casa grabaron con el mismo color el escrito de “se van a morir todos”.
La suegra de Rubenia contó que “ella se desmayó cuando yo me puse a orar y le pregunté que cómo se llamaba y me dijo que se llamaba Anabel, a ella se le encarnó el espíritu malo, entonces le dije: Anabel, te vas ahora mismo de este lugar”, narró la mujer. La bebé estaba bien físicamente, pero el hecho causó conmoción en Danlí.
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