TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El asesinato de Rony Javier Figueroa García ha dejado luto y tristeza en su familia y en el gremio de taxistas, pero también incertidumbre y dudas, por las medidas de seguridad que en su momento solicitó y que no fueron brindadas por los entes de seguridad del Estado.
EL HERALDO conoció que, en efecto, el dirigente del rubro de taxis colectivos de la capital, sí interpuso una denuncia formal ante la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), en la que expuso el caso de extorsión del que estaban siendo objetos los ruleteros del punto de taxis Los Dolores-Buenos Aires.
La denuncia explicaba que eran amenazados a muerte y extorsionados constantemente por parte de miembros de la Mara Salvatrucha, MS-13.
La fuente ligada a la FNAMP explicó que la de acusación fue tomada de parte de Rony Figueroa, sin detallar el día y la fecha en que fue interpuesta.
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Habría desestimado el consejo
Esta agencia de seguridad del Estado le explicó al afectado y denunciante cómo sería el proceso de investigación y que a partir de ese momento se convertía en un testigo protegido.
Según aseveró la fuente, le recomendaron a Figueroa García que se abstuviera de hacer declaraciones públicas relacionadas a temas de extorsión y mucho menos tildar a ciertas organizaciones delictivas, pero el consejo fue desestimado.
Meses después dejó de ser un testigo protegido por el Estado. Los restos mortales del reconocido líder de las asociaciones de taxis fueron sepultados ayer en el municipio de San Ignacio, en Francisco Morazán, sepelio que fue acompañado por una gran multitud.
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