TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Se acababan de cumplir dos días de la última masacre ocurrida en la capital cuando la criminalidad refrescó la memoria de los encargados de velar por la seguridad del país; otras cinco personas fueron ejecutadas en esta ciudad.
El nuevo hecho sangriento tuvo lugar en la conflictiva colonia Flores de Oriente, en el sector de Nueva Suyapa, en la zona conocida como Las Hamacas. A eso de las 10:00 de la noche del domingo varias personas departían en la vivienda de la señora Doris Oneyda Aguilera Martínez.
En la casa le acompañaba su hermana Denia Modesta Sánchez Hernández y los hijos de ambas, todos menores de edad.
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Pusieron una pequeña pulpería
Debido a la crisis generada por el covid-19, Doris Oneyda se quedó sin su empleo y como pudo instaló una pequeña pulpería en su casa. También junto a su hermana y su madre se dedicaban a la elaboración y venta de nacatamales.
Doña Dorotea Hernández contó que “vendíamos nacatamales, yo me incluí en eso con ella, yo le ayudaba porque no tenía trabajo, llegaba bastante gente a comprarle y los bolitos iban a comprar y llevaban sus cervezas y comían allí”.
La labor de los nacatamales era todos los fines de semana. La noche del domingo ocurrió lo mismo y varios de sus clientes llegaron a la casa a comerse su nacatamal y a ingerir bebidas alcohólicas. En plena farra estaban cuando un grupo de hombres portando armas de fuego irrumpió en el negocio.
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Los sicarios entraron a la casa
Sin mucha conversación, los sicarios comenzaron a disparar a quemarropa contra los presentes que ingerían cervezas en la sala del inmueble, en donde estaban seis personas, cinco hombres y Doris Aguilera. Luego se introdujeron en una de las habitaciones y ultimaron a disparos a Denia Sánchez, quien aparentemente dormía junto a su recién nacido de tres meses.
A los sicarios no les importó que la joven de 30 años estuviera con su vástago y también la ejecutaron de varios disparos.
Cinco de los siete que fueron acribillados murieron en el acto, mientras que dos hombres más, en edad juvenil, fueron llevados en una patrulla al Hospital Escuela (HE), pero en estado estable de salud.
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Las víctimas y los hechores
Las víctimas mortales son las hermanas Doris Oneyda Aguilera Martínez (38) y Denia Modesta Sánchez Hernández (30), don Genaro Díaz Sierra (65) y su hijo Luis Genaro Díaz Hernández (23) y una quinta persona identificada como Lisandro Joel Flores Díaz (40). De los heridos se desconoció su identidad.
Según manifestaron los vecinos ante el interrogatorio policial, a la casa llegaron cuatro individuos armados con una escopeta y pistolas 9mm, quienes irrumpieron violentamente.
De acuerdo con las primeras pesquisas recabadas por la Policía Nacional, los autores materiales serían miembros del grupo criminal “Los Bernillos”, una banda delincuencial que opera en ese sector y en otras partes de la capital.
Además, investigan una presunta relación de amistad entre la señora Doris Aguilera y presuntos integrantes de la pandilla, ya que al parecer la ahora fallecida tiene dos hijos recluidos en distintos centros penales, que serían integrantes de dicha mara. Familiares ayer hacían los trámites para retirarlos de Medicina Forense.
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