TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Guardando las medidas de bioseguridad y en un ambiente de consternación, familiares y amigos se dieron cita en el cementerio Jardines de la Eternidad de San Pedro Sula para darle el último adiós y despedir al empresario Miguel Humberto Rodríguez Carrión, a quien cariñosamente le decían “Miguelito” Carrión.
El conocido empresario y político sampedrano perdió la vida junto a cinco personas más a eso de las 9:15 de la mañana del viernes, a manos de personas fuertemente armadas que vestían uniformes similares a los de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC).
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La masacre se registró cuando las víctimas se encontraban en un edificio en construcción ubicado en la 4 avenida, 2 y 3 calle del barrio Guamilito y fueron sorprendidos por los malvivientes, quienes les ordenaron que se tiraran al piso boca abajo y acto seguido les empezaron a disparar y los mataron al instante.
Entre las víctimas estaban tres de los guardaespaldas de Carrión, un cliente y un empleado del edificio.
Producto de la balacera también resultó gravemente herida otra persona, quien fue llevado a la sala de emergencias del hospital Mario Catarino Rivas de esta ciudad.
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La mañana del 28 de febrero, las personas que conocieron a “Miguelito” Carrión se dieron cita en el cementerio donde se llevó a cabo el sepelio y mostraron las condolencias a los familiares.
De los otros cinco fallecidos no se dio a conocer dónde fueron sepultados por los familiares.
Investigaciones
Una fuente ligada a la Secretaría de Seguridad que fue consultada por EL HERALDO detalló que las investigaciones relacionadas con la muerte del empresario sampedrano y otras cinco personas “las realizan equipos de la ATIC”.
“Entiendo que desde el primer momento se activaron los equipos para iniciar las averiguaciones para determinar las causas y los responsables del múltiple homicidio”, dijo.
Las ráfagas, que parecían cohetes, se escucharon en el céntrico barrio Guamilito de San Pedro Sula, pues en menos de cinco minutos los sicarios descargaron las armas automáticas en contra de las seis personas y luego se dieron a la fuga en dos vehículos una camioneta y un pick-up que habían dejado estacionados en medio de la calle y en frente del edificio donde corrió la sangre.
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Las personas que transitaban por el sector pasaron momentos de pánico y luego conmoción al ver a las seis personas que habían sido asesinadas, entre ellas el reconocido empresario que era dueño de una empresa lotificadora y que tenía las oficinas en el edificio propiedad de Carrión donde ocurrió la masacre.
En la escena del crimen quedaron esparcios los casquillos de las armas automáticas que dispararon los criminales que andaban con sus rostros tapados con gorros pasamontañas.
Los cuerpos de seguridad investigan a qué grupo criminal pertenecen las personas que asesinaron a las seis personas, pues llevaban puestas camisas negras y pantalones caqui, similares a la indumentaria que usan los investigadores de la ATIC.
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