Apenas comenzaba a vivir la vida cuando las manos malévolas de un degenerado acabaron con su inocencia y con ella.
La pequeña Mariela Carolina Coca, de once años, salió este lunes apurada de su casa a comprarle una pastilla a uno de sus hermanitos que se encontraba con fiebre, pero en el camino fue interceptada por un depravado que la ultrajó y finalmente la estranguló.
La niña fue encontrada moribunda en unos matorrales de la colonia Valle de la aldea Dos Caminos y fue llevada en un carro de un vecino a la posta de la Policía de esa comunidad, desde la cual fue trasladada al hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, pero falleció instantes después de ser ingresada a ese centro asistencial.
Los hechos
José Armando Cortés, padre de la niña, relató que a eso de las 11:10 de la mañana, como su esposa Lidia Isabel Coca estaba haciendo el almuerzo, mandó a la niña a la pulpería a comprar unas pastillas porque uno de los hermanos menores de Mariela Carolina tenía fiebre.
Cuando había transcurrido media hora, la madre de la pequeña salió a buscarla porque ya se tardaba mucho en regresar de la pulpería, a la cual para llegar ellos cruzan unos solares baldíos que tienen el monte crecido.
Doña Lidia Isabel se fue rumbo a la pulpería y a unas dos cuadras halló en el camino tiradas las pastillas que iba a traer su hija y el vuelto que le habían dado en la pulpería.
La madre de la niña se fue a buscar a su esposo José Armando Cortés ya que no encontraba a la menor.
La pareja se fue al lugar donde estaban las pastilla y el dinero tirados.
Cuando ellos se metieron a un matorral encontraron a su hija sin su ropa interior y con su faldita hacia arriba.
La pequeña fue estrangulada con su blúmer, el cual tenía amarrado en el cuello.
El papá de Mariela Carolina, destrozado emocionalmente, pedía afuera de la morgue que se le aplique la justicia a la persona que ultrajó y mató a su hija.
“Si no le aplican la justicia, yo voy a poner mi mano contra él”, expresaba Cortés envuelto en llanto.
Relató que su hija solo llegó hasta segundo grado porque no le gustaba la escuela, pero su deseo era trabajar cuando estuviera grande para ayudarle a sus padres y a sus hermanitos.
Honduras figura entre los países que tienen los índices de violencia más altos en el mundo, con un promedio de alrededor de 15 asesinatos al día en este año, atribuidos a distintos motivos, según autoridades locales.
