Tegucigalpa, Honduras
Fueron cerca de ocho a diez minutos en que el cruce de piedras entre bandas contrarias durante un enfrentamiento entre los internos infractores del centro Renacer, ubicado en Támara, terminó con el saldo de tres pandilleros de la 18 muertos, cuatro menores heridos y varios soldados y policías golpeados.
EL HERALDO conoció que a las 8:30 PM del pasado domingo, los pandilleros obligaron a los integrantes de la mara de “El combo que no se deja” y los denominados “cristianos” (sumando en total 74) atacar a los 33 integrantes de Los Chirizos, los cuales permanecen en unas carpas colocadas por las autoridades al exterior del centro ya que en su interior corrían peligro de muerte.
Atacados con sus armas
Testigos del violento enfrentamiento, que por razones de seguridad solicitaron el anonimato, revelaron que cuando escucharon la estampida de personas, salieron de sus carpas y se armaron con piedras, por lo que al observar la multitud de rivales comenzaron a lanzárselas en un intento de obligarlos a retroceder, pero solo algunos lo hicieron.
Luego los atacantes también tomaron piedras y en el cruce varios resultaron heridos, entre ellos miembros de los cuerpos de seguridad que se encontraban al interior de las instalaciones.
Al no tener piedras, los grupos rivales se fueron a una lucha cuerpo a cuerpo, logrando Los Chirizos retener a tres de la pandilla 18, uno de ellos portaba un machete, por lo que se lo quitaron y en ese mismo momento, ante la mirada de sus compañeros, fue asesinado y desmembrado, acto que obligó a los pandilleros y acompañantes a retroceder y regresar a sus pabellones.
La misma suerte corrió un segundo pandillero, mientras que a un tercero lo mataron a pedradas. Este sangriento hecho se produjo en el portón de ingreso al centro de internamiento.
La fuente reveló que las piedras que lanzaron primeramente Los Chirizos eran las mismas que durante la semana los pandilleros les habían lanzado desde el techo de uno de los pabellones con la intención de que estos les respondieran, pero al estar vigilados por militares y policías, estos los obligaron a ingresar a las carpas para evitar una confrontación.
Estas piedras, los mareros las fueron colocando a las orillas del cerco de malla ciclón, ya que ellos mismos se encargan de mantener limpia el área donde están confinados.
La noche del domingo, estas mismas piedras fueron usadas como armas para evitar ser atacados a muerte por sus rivales.
Lo mismo sucedió con uno de los machetes que portaban los pandilleros para atacarlos, sin pensar que con uno de ellos matarían a tres de sus integrantes.
Durante la reyerta se habrían escapado dos pandilleros que ayer, al momento en que el personal llevó la comida a los internos, constató que hacían falta dos.
Informaron que ya los habían buscado por todas las instalaciones y que incluso encontraron un boquete, por el que sospechan que lograron escapar.
Bajo control
Cuarenta y ocho horas después de la matanza, el gobierno ordenó la intervención del centro Renacer por parte de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), quien el martes realizó el traslado de los 43 integrantes de la pandilla 18 al pabellón donde antes estaban internas las menores infractoras.
Empleados de Renacer informaron que los pandilleros mantuvieron las instalaciones tomadas durante un período de cuatro meses en los cuales despojaron al personal de las llaves de las instalaciones y obligaron al personal a abandonar el lugar, mientras que el director y la subdirectora renunciaron ante las amenazas en su contra.
Los pandilleros destruyeron la cocina, en donde lanzaron sapos muertos, espantando a las cocineras.
También destruyeron las oficinas administrativas y dañaron las remodelaciones que se estaban haciendo en el centro de internamiento. Los pequeños delincuentes también destruyeron las lámparas para evitar que los guardias realizaran operativos nocturnos o que los detectaran cuando ellos estuvieran afuera de su pabellón. El autogobierno de los pandilleros llegó al grado que los consejeros podían ingresar solamente a dejarles la comida y luego salir del lugar.
+ Tres muertos en enfrentamiento entre pandillas en centro Renaciendo
EL HERALDO tuvo acceso a las instalaciones donde permanecen los pandilleros y fue testigo de los estrictos controles de seguridad implementados por las autoridades.
Los antisociales permanecen en un pabellón, mientras que elementos del Instituto Penitenciario, Policía Nacional y Fuerzas Armadas mantienen custodiado todo el lugar, incluso durante horas de la noche. Los pequeños delincuentes son llevados a las duchas uno por uno para que puedan bañarse. Al lugar no se permite el ingreso de autoridades sin pasamontañas, mientras que los familiares de los menores son objeto de estrictos registros para evitar que puedan ingresar artefactos prohibidos.