SAN PEDRO SULA
Regresó a su terruño, después de vivir durante varios años en los Estados Unidos, porque no quería que su familia estuviera sola y para que sus dos hijas tuvieran el amor y el cuidado de un papá.
Con el dinero que había logrado ahorrar de todos sus años de trabajo en la nación del norte compró un vehículo y un número de taxi para proveer siempre el sustento a sus deudos.
Ayer, sicarios le quitaron la vida de varios disparos en la unidad de taxi con registro 2092 en la colonia Central, sector Rivera Hernández, de San Pedro Sula.
Le llamaron por teléfono
El infortunado taxista respondía en vida al nombre de Luis Alonso Matute, de 50 años de edad, residente en la misma zona de la Rivera Hernández.
Don Luis Alonso al parecer habría recibido una llamada telefónica en la que una persona le solicitó una carrera; sin pensarlo, él acudió al llamado.
Los pasajeros lo guiaron hasta el lugar donde supuestamente querían llegar y al estar en el sitio, en una zona sin transeúntes, en la colonia Central, le dispararon hasta matarlo. El ruletero quedó inerte, sentado en el asiento del carro que había comprado para mantener a su familia.
Era un hombre ejemplar
Varios conductores de taxis que llegaron hasta la escena del crimen manifestaron que era un hombre de bien.
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“Él pertenecía a los colectivos de aquí (de la Rivera Hernández), pero actualmente solo trabajaba con clientes conocidos que lo llamaban”, expresó uno de los taxistas que conocía al ahora occiso.
Otro ruletero comentó que “él era un hombre muy respetuoso, temeroso de Dios, daba gusto hablar con él”, acotó. Tras conocer el deceso de “El hermano”, como cariñosamente le conocían a don Luis, sus compañeros manifestaron que “la inseguridad está complicada en el país, vemos a la Policía en la calle, pero en estos sectores no, aunque el gobierno diga que hay seguridad, no hay nada”, enfatizó uno de los taxistas.
“Era cristiano, apartado del mal. Lamentamos mucho la muerte de nuestro compañero”, dijo uno de los colegas.
Un hecho similar en la capital
Similar situación se vivió en la capital de la República. Alrededor de las 12:30 del mediodía, mientras esperaba que le saliera algún cliente, Nelson Arístides Sánchez estaba sentado en una pequeña caseta de madera en la terminal de taxis de la colonia La Esperanza.
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Hasta allí llegó un gatillero que sin mediar palabra y a traición le infirió varios disparos en la cabeza.
Sánchez se desplomó y cayó bajo la estructura de madera de la caseta, casi inconsciente. Minutos después llegó una patrulla policial al lugar para tratar de auxiliar al agredido, a quien trasladaron al Hospital Escuela.
Nelson Sánchez es originario del municipio de Texíguat, El Paraíso y residente en la zona donde ocurrió el hecho. Hasta ayer su estado de salud era delicado.