Tegucigalpa, Honduras
En los recuerdos de su familia quedará su sonrisa traviesa. La luz de sus ojos ya no iluminará la vida de su madre.
Caleb Aarón Sánchez, de 18 meses, falleció de una patada que le asestó su padrastro Gustavo Adolfo Matamoros, quien relató a la Policía Nacional que el bebé comenzó a vomitar luego de tomar un pepe.
Al conocer esta versión del padrastro, se manejó la hipótesis de que el bebé habría fallecido ahogado con la leche del biberón.
Sin embargo, en la autopsia practicada por Medicina Forense se determinó que el niño habría sufrido durante una hora, aproximadamente.
El dictamen de Medicina Forense fue contunde al determinar que el niño fue víctima de un homicidio.
“Esto demuestra la importancia que tiene la prueba científica en la investigación del delito”, declaró Julissa Villanueva, directora de Medicina Forense.
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Agregó que, en el caso del menor podemos decir contundentemente que el menor no murió por causas naturales, falleció por causas externas que se tipifican desde el punto de vista médico forense como causa de muerte homicida.
La doctora explicó que al momento de realizar la autopsia del bebé “encontramos una marca patrón (patada) en su abdomen que generó un trauma que le provocó la muerte”.
Agonía
Villanueva explicó que del abdomen del bebé se extrajo medio litro de sangre, “el abdomen de él no se va a llenar de sangre en tres minutos, sino en un tiempo prudencial y no creo que haya superado la hora. Bien pudo haber recibido atención médica”. Agregó que la palidez que tenía era por el shock que estaba sufriendo.
El padrastro refirió que estaba vomitando, pero estaba vomitando por el golpe que le estaba quitando la vida, comentó.
