El cuerpo de la docente, que estaba atado de los pies, presentaba signos de tortura y mordazas en la boca, fue encontrado junto al cadáver de un hombre, que aún no ha sido identificado.
Ingrid Ulloa laboraba como docente en un jardín de niños localizado en La Huerta, Trinidad, Santa Bárbara, donde deja un enorme vacío con su violenta partida.
Además, estaba próxima a recibir su título universitario como licenciada en Educación Básica en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
Amigos, familiares y catedráticos lamentaron el deceso de Ingrid y además exigieron justicia para que el crimen no quede en la impunidad.