TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Por un tatuaje que tenía en una parte de su cuerpo fue reconocido el cadáver de un estudiante que incineraron casi en su totalidad en una vía de acceso que conecta a las colonias El Carrizal y la Smith.
Se trata de Iván Enrique Mejía Montoya, de 24 años, quien estudiaba la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Familiares relataron a EL HERALDO que el occiso fue raptado desde el pasado martes que desapareció. El último paradero que se conoció del joven es que se encontraba en un restaurante de comida china situado en la salida que conduce al norte del país.
Parientes se movilizaron ayer a la morgue capitalina en búsqueda de Mejía Montoya, coincidiendo algunos rasgos de uno de los cuerpos sin vida que había sido ingresado en carácter de desconocido.
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El hallazgo
Desde tempranas horas se reportó el hallazgo de un cadáver en una de las aceras de una calle que se encuentra detrás del Instituto Técnico Luis Bográn. De acuerdo con testigos, sujetos bajaron de un vehículo a una persona que estaba al interior de costales y le colocaron una llanta encima a la que le prendieron fuego con la intención de que el cuerpo se incinerara y no quedara evidencia alguna.
Sin embargo, efectivos de la Policía Nacional así como de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) fueron alertados del suceso. Agentes de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron hasta la escena del crimen para recoger evidencias que permitieran identificar a los responsables del hecho.
Posteriormente, personal deMedicina Forense hizo el levantamiento de lo que quedó del cadáver que no se calcinó en su totalidad. El infortunado podría haber sido torturado en una de las denominadas “casas locas” para después darle muerte, de acuerdo con versiones preliminares. Los restos mortales del universitario fueron retirados por la tarde para darle cristiana sepultura.
No se especificó el lugar donde residía Mejía Montoya, tampoco si había recibido amenazas de muerte. Varios estudiantes de distintos niveles académicos han perdido la vida durante este año.
Uno de los casos que generó revuelo fue el asesinato de Mario Suárez y Gerson Meza, quienes fueron raptados de la colonia Bella Vista por supuestos miembros de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y ejecutados en un sector de La Montañita.
De enero de 2010 a marzo de 2018, el Observatorio de la Violencia de la UNAH contabiliza 1,522 decesos de estudiantes en el país, de los cuales la mayoría eran alumnos de educación media y 121 cursaban carreras en diferentes campus de la máxima casa de estudios.
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